🌙 Me, myself and I 🌙

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Todo terminó con Aidan.

Lo que más me puede doler fue haber perdido su amistad, le dí más de una oportunidad.

Y me demostró que no significó lo mismo para él.

Grabé más de una canción en el estudio, al final fueron cinco, pronto regresaré para hacer otras.

— ¿Estás bien? — insistió Ashton al volante.

Sigo sin poderme borrar de la mente aquella foto.

— Perfectamente.

No me queda más que escribirle otra carta a Aidan pidiéndole que me deje en paz.

No quiero saber nada de él.

(...)

— ¡¿En dónde estabas?!, ¡maldita sea, ________!, ¡Crystal también te llamó — me seguí de largo escuchando los gritos de Mike.

Ya no tengo ganas de pelear.

Estoy increíblemente cansada, mentalmente, emocionalmente.

Físicamente.

— ¿_______? — se acercó frunciendo el ceño.

Subí las escaleras sin decirle nada.

A partir de hoy no escuchará ni una queja de Aidan salir de mi boca, me callaré todo lo que siento, también con mis amigos, ya los he de tener cansados con el mismo tema de siempre.

Me acosté dejando caer las lágrimas, amarme será una tarea muy difícil.

Pero lo lograré, es mi turno.

No tengo tiempo para lamentarme por dramas de amor, Ashton... Calum me esperan.

Me quité los zapatos, los brazaletes, collares y aretes.

— ¿________? — preguntó Mike asomando su cara. — ¿En dónde estuviste?

Volteé chocada.

— Te importa a ti eso un reverendo pepino — caminé descalza, tengo que sacar ropa limpia del armario.

— El que tiene que estar enojado aquí soy yo, ahora contéstame.

Con una chingada, Miguel — respondí cabreada, apretó la mandíbula, odia que le diga así. — A ti te vale lo que yo haga, deja de estar repitiendo como tarado la misma pregunta que me tienes harta — hablé rápido.

¿Qué? — balbuceó. — Casi español, yo no... — bufé.

¿Me entiendes? — movió su mano de lado a mano. — Lee mis labios, hermanito — sonreí. — Cierra ya la boca — carraspeé. — Déjame sola, me voy a bañar, anda, vetemoví la mano corriéndolo.

No, you have to...

— Adiós — lo empujé con suavidad.

— Te vas a arrepentir.

— Solo vete — cerré la puerta en su cara.

Mi teléfono empezó a sonar y vibrar, corrí para ver quién era.

Al leer el nombre de Aidan rechacé la llamada.

¿Debería?

Definitivamente sí.

take a breath || Aidan GallagherWhere stories live. Discover now