take a breath || Aidan Gallagher

🐝 us 🐝

⚠️ ¿Sí les gusta que ponga música?xd, sino para dejar de ponerla JAJA
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Estábamos en receso, ________ reía junto con Kiara, quien anunció que ya sale con Mace.

— ¿Cómo es que sales con él si no viene a esta escuela? — preguntó Jeremy, su mejor amigo.

— ¡Ya te lo dije!, lo conocí en una fiesta, Aidan lo llevó — asentí masticando mi desayuno.

— Oh — nadie dijo nada más.

— ¿Listo para la clase de música? — preguntó Clifford emocionada.

Le sonreí.

— Claro que sí, te queda muy bien el cabello así — dije prestándole atención.

— Gracias — se recargó en su mano.

— ¡Wow! — exclamó Kiara.

— ¿Qué? — preguntamos al unísono.

— ¡Están coqueteando! — negué rápidamente.

— Claro que no, solo le dije que se veía bien — Kiara arqueó la ceja.

— No lo había pensado, ustedes hacen muy bonita pareja, se ven bien juntos... ¿Clallagher? — dijo volteando a ver a los demás.

— Definitivamente sí — contestó Jeremy.

— Suena bien, es el destino chicos — animó Jonah.

Pff... Sí suena bien, pero no lo voy a admitir en voz alta.

Miré a ______, que solo parecía estar nerviosa.

— ¡Vamos _______!, ¿no te gusta Aidan? — ella soltó una carcajada llena de nervios.

— Claro que no, cuéntales Aidan, somos amigos... ¿verdad? — dudé.

En algún momento los chicos se van a enterar, ¿no?

— Todo puede pasar... ¿no crees? — le guiñé el ojo.

Ella solo parpadeó rápidamente, comenzaba a sonrojarse.

— Deja de jugar por favor — dijo cuando todos se me quedaron viendo.

— No linda, yo no me voy con juegos — admití terminando lo que quedaba en mi botella de agua.

Me levanté, tomando mis cosas, le hice una seña a Jonah.

— ¿Vamos? — le pregunté, pues él me pidió ayuda con la guitarra, quiere que lo ayude tocando una canción.

— Claro.

Se levantó, y nos fuimos dejando a nuestro grupo de amigos en silencio.

(...)

Saliendo de la escuela, corrí hacia Clifford, que parecía que iría caminando, se veía enojada.

— ¿Qué pasa? — pregunté llegando a su lado.

— Michael no puede venir por mí por que está con Crystal viendo preparativos de su boda, le salió de imprevisto — murmuró con el ceño fruncido.

— Te acompaño a tu casa, hoy no vienen por mí — contesté tomando su mano.

Como si no hubiera nadie alrededor.

Me miró con la ceja arqueada.

— Bien, como quieras — estiré mi mano. — ¿Qué?

— Tu mochila — negó. — Déjame cargarla por ti — volvió a negar.