26.La noche es larga.

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La noche es larga, y todavía continuaba.

Los hermosos y maravillosos dragones volaban en el oscurecido cielo. Parecían no tener ganas de dormir, ya que hace horas que daban vueltas sobre la mansión y las montañas, como si estuviesen patrullando, incluso mucho antes de que los perdedores llegaban.

Estos ya estaban dormidos hace rato. Luego de los "alivios", la adrenalina les bajó un poco a todos y pudieron conciliar el sueño, aunque sea por unas horas. Pero uno, solo uno, se encontraba despierto.

Son las tres de la madrugada, y Jacob estaba sentado silenciosamente en el kiosko de la mansión, sin ninguna luz encendida, observando a las criaturas mitológicas volar en aquel oscuro cielo.

Y, por alguna razón, su alma se sentía de la misma manera. Oscura.

Se repetía una y otra vez que Camila lo había aliviado, que él ya estaba bien, pero no se sentía así, al menos no del todo. Parkinson se sentía solo, vacío y, sobre todo eso, observado. Pero él ignoraba esto, y se dedicaba simplemente a apreciar el silencio en el cual estaba metido.

Pero este se vió interrumpido cuando un rápido ruido se hizo presente. Giró su cabeza, y sus ojos cayeron en Eleven, quien acababa de cerrar la puerta de la mansión, y lo miraba con algo de nervios. Él aparta la mirada, mientras que ella se comienza a acercar.

Dos minutos pasaron, y ahora estaban sentados uno al lado del otro, en silencio, sin emitir ningún ruido o palabra. Hasta que Jacob decidió hablar, sin siquiera mirarla.

-¿No deberías estar durmiendo?-cuestiona, ocultando su interés.

-Tu también-responde en un susurro. Él aprieta sus labios-¿Te sientes bien?-preguntó preocupada.

-Si, Eleven, estoy bien. No tienes que preocuparte por mi, ya no tengo esa maldita cosa dentro-dice con un seco tono-...Al menos no por completo-murmuró esto último, triste.

-Tranquilo-dice viéndolo fijamente-. Van a estar bien, los dos. Tu, y Beverly-promete asintiendo.

-Tu no lo sabes, El. Nadie lo sabe. Así que, por favor, no te hagas ilusiones-niega, serio. Eleven frunció su ceño algo confundida.

-No debes ser tan negativo. Ten esperanza-alza sus cejas-. Como siempre la has tenido, siempre has sido tan feliz, y positivo-sonríe mirándolo con dulzúra-¿Por qué debería cambiar ahora?-susurra esperanzada.

-Porque siempre he sido así, y mírame ahora, al borde de la muerte-responde de golpe. Eleven se hecha un poco para atrás, sorprendida.

-No vas a morir, Jacob-niega segundos después-Estamos juntos...¿recuerdas?-murmura.

-¿Si? Estuvimos juntos el año pasado. Trudy, Christine y Calisto murieron. Ganamos, pero también perdimos. Ahora estamos en guerra otra vez, adivina quién será la pérdida ahora-le da una amarga sonrisa.

-¡No puedes estar diciendo eso!-dice incrédula.

-El , ¿cómo no lo voy a decir?-ríe, sobresaltándola-¡Mírame! Estoy tan jodido-niega divertidamente-Tengo a este ser de otra dimensión dentro de mi, controlándome-

-Camila te alivió-dijo dolida.

-¿Qué es un alivio?-frunce el ceño, confundiéndola-¿Po-podrías decirme qué es?-ella se queda en silencio-...Es una reducción, un momento, no una solución-se responde a sí mismo-Si esa cosa logra tocarme, y sé que lo hará, hasta ahí llegué-habla con una triste sonrisa, sus ojos estaban llorosos.

-Jacob...-susurra completamente sorprendida.

-Estoy jodido-asiente varias veces, pasando saliva con dificultad.

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