20.Solo es hielo.

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Pasaron diez minutos, el agua de la lluvia siguió cayendo con fuerza, el ambiente comenzaba a ser uno frío.

Y Bill estaba junto a Camila, ambos mirando hacia arriba, esperando el momento indicado para subir, e ir a hablar con sus amigos, quienes se han comportado muy extraño últimamente.

-¿Qué les van a decir?-pregunta Mike desde la sala.

-Lo que se supone, a preguntarles qué les pasa-planteó la peliblanca luego de un suspiro.

-¿Y...y si es algo grave?-murmuró Ben, con un semblante lleno de preocupación.

-No es nada grave-niega Bill sacando una leve sonrisa, confiado.

-Bueno, entonces...suerte-dice Eddie con un leve asentimiento.

Y, sin esperar nada más, Camila y Bill parten escaleras arriba, subiendo estas por unos segundos hasta que tomaron caminos diferentes.

Él se fue por la derecha, y ella por la izquierda.

Widmore caminó hacia el cuarto de Jacob, moderadamente rápido. Al llegar frente a este, no tocó la puerta como lo hacía de costumbre, y de golpe entró.

La puerta hizo un leve chillido cuando fue abierta, la peliblanca ingresó al cuarto, con sigilo, para luego cerrar la puerta. Observó el cuarto completo, lo cual la confundió.

Y es que este estaba diferente, ya que no entraba mucha luz. Habían sábanas pegadas con cinta tapando las ventanas encima de las cortinas, como si no quisiera que entrara luz, la cual era casi escasa.

-¿Jacob?-pronuncia.

Camila frunció el ceño, abrazándose a sí misma cuando sintió el frío cubrirla, subió su mirada, viendo que el aire acondicionado estaba encendido en su máximo nivel.

Su rostro expresó confusión, mientras se seguía movilizando por la habitación, la cual estaba sola.

-¿Jacob?-llamó segundos después, pero nadie respondió.

Sus labios se apretaron, y sus manos giraron la perilla del baño, comenzando a abrir la puerta de esta, y cuando estuvo completamente abierta, la confusión la invadió aún más.

-¿Qué es esto?-sususurra para sí misma, mientras oía la lluvia caer desde afuera.

Quedó frente a frente con la bañera, la tina, mejor dicho, y esta estaba completamente llena de hielo, pura agua casi congelada, con cientos de hielos metidos en ella.

Poco a poco, el miedo empezó a invadir el corazón de la peliblanca, y los ojos de ellas fijos en la bañera helada, sin siquiera querer tocarla.

Y cuando la idea de irse se cruzó por su cabeza, una prescencia se hizo sentir, cuando entró al baño silenciosamente.

Camila se quedó estática, para después empezar a girar su cabeza con toda la lentitud posible.

Camila se quedó estática, para después empezar a girar su cabeza con toda la lentitud posible

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