S T R O N G

22.Volvió.

El timbre de la entrada resonó por toda la casa de los Wheeler. La madre de estos, Karen, salió de la cocina limpiándose las manos con su delantal, dirigiéndose a la puerta y, a continuación, abrir esta.

Encontrándose con aquellos conocidos niños, cuya cabeza era esa chica de cabello blanco. Karen los miró con una agradable sorpresa.

-¡Oh, hola Losers!-sonrió mirándolos.

-Hey señora Wheeler-saludan ellos de la misma manera, solo que con menos emoción-Amm ¿se encuentra Mike aquí?-cuestionó Ben.

-Claro-sonríe hechándose a un lado y dándoles espacio para pasar, lo cual hicieron al instante-Están en el sótano, vayan-dice amablemente.

-Gracias-murmura Hanlon.

Sin más, los Losers se dirigen a la puerta que llevaba al sótano, tocando esta tres veces, para después esperar.

Y, segundos después, Mike abre la puerta, y mira a cada uno detenidamente. Sus ojos cayeron en la peliblanca, y se le quedan mirando por unos instantes más.

-Vengan-murmura dándoles paso.

Ellos asienten e ingresan al sótano, bajando las escaleras que guiaban a este, mientras que Wheeler cerraba la puerta con sigilo.

Cuando acabaron de bajar, se encontraron con Lucas y Will, el moreno tenía en manos un comunicador, mientras que el de peinado de coco se encontraba algo alejado, con la mirada perdida.

-Mi amor-suspira Eddie caminando hacia él con una sonrisa, quien se la devolvió.

-Hola chicos-saluda Lucas con una muy pequeña sonrisa.

-Hola-responde Stanley.

-Mike-llama Camila volteándose hacia él, quien la miró con atención-¿Para qué nos llamaron?-cuestiona.

-Si ¿qué fue lo "malo" que pasó?-le siguió Richie.

-Se los diremos cuando Max y El lleguen, están de camino-aclaró Wheeler.

-Mierda ¿por qué tan dramático?-suspira la peliblanca con cansancio.

-Porque es dramático...-murmuró Lucas con su vista fija en el comunicador. Los demás los miraron detenidamente, sin saber qué decir.

-Y ¿qué haces con eso?-pregunta Bill señalando el walkie talkie.

-Intento llamar a Dustin, pero-suspira-No responde-niega mirándolos.

-¿Cómo estás?-susurró Eddie, en una esquina apartado con Will, mirando a este.

-...Te extrañé ayer-es lo que dice, sin responder su anterior pregunta.

-Yo también a ti, pero no pude venir por la lluvia, y Mike no estaba para traerme con su auto-informó con una mueca.

-Está bien-le dedica una leve sonrisa, Eddie lo copió, pasando sus dedos por la mejilla del chico.

-Dime ¿lograste algo ayer con los chicos? ¿de jugar?-pregunta curioso.

-Todo lo contrario-murmura con tristeza, al instante la expresión de Kaspbrak cambió.

-¿Qué pasó?-pregunta al instante.

-Bueno, lo intenté pero, ellos solamente estaban hablando de Eleven y Max, diciendo cosas ahí de que hace mucho que no les regalaban nada, quejándose de que aveces se ponen muy molestas. Osea...lo que te digo siempre, solo hablando de ellas-suspiró bajando su mirada.

-Oh, cariño-susurra triste y preocupado.

-Al final casi los obligué a jugar y, jugamos pero, ellos se estaban riendo y-y burlando, no actuaban como antes. Riéndose y bromeando, no se estaban tomando nada en serio-niega-. Así que me fui de aquí-dijo.