La protagonista no lo comprendía

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El rubio hizo un movimiento rápido para alejarla de su primo, cargándola en su otro hombro.

- no creas que no sé qué estás haciendo, Rogue- advirtió él soltando un pequeño gruñido.

El mencionado chasqueó su lengua por lo infantil que estaba siendo el otro antes de percatarse que cierto muchacho de pelo rosa y cierto azabache se estaban acercando.

- ¡oigan! Yo también quiero hablar con Rushi- declaró Natsu robando a la muchacha de los brazos de Sting, para llevarla como un saco de papas.

- ¡que soy Lucy!- gritó molesta ella, si bien no era su Natsu, era igual de idiota que el suyo- y bájame, maldita sea!- golpeó la espalda de su secuestrador.

- ¿por qué debería de bajarte?

- porque tengo pies para caminar, correr y hacer lo que yo quiera- dijo en forma de broma, rodando sus ojos. Aunque no se había notado el sarcasmo en su tono de voz.

El muchacho de pelo rosa siguió corriendo, pero sin darle su atención a lo que sucedía a su alrededor.

No comprendía a la mayoría de las chicas: todas frágiles, todas tan reservadas, todas tan aburridas sin ningún deseo de salir más allá de la comodidad de sus casas. Lucy no se parecía a las otras, ella tenía esa chispa de osadía que le atraía.

- no lo haré- respondió él entre risas mientras corría- eres rara

- ¿¡y a ti qué te importa si lo soy o no?!- replicó ella con su nivel de enojo aumentando por hora.

- ¡me importa porque eres interesante! ¡No todos los días encuentras a una muchacha tan violenta!- declaró agrandando su sonrisa.

Las únicas mujeres que eran así con él... Eran exclusivamente tres personas: su madre, su tía Grandine y su amiga de la infancia, Erza. Tal vez iba a hacer una nueva amiga, o quién sabe qué, pero quería que fuese con ella.

La maga, quien ya no sabía si todavía lo era en este mundo, suspiró. Él le debería de decir esas cosas a la protagonista. Aunque preferiría que ninguno de sus amigos saliese con alguien tan irritante.

- deberías de decirle eso a la muchacha que te perseguía, de seguro le haría muy feliz...

- no quiero- contestó él simplemente mientras un escalofrío recorría su cuerpo, la joven de pelo blanco le parecía pesada.

- creo que tú eres el raro- dijo ella con una sonrisa forzada. Su versión de este mundo era tan insensible como el dragon slayer de fuego.

- te prefiero a ti!- exclamó con toda sinceridad, regalándole una sonrisa que mostraba sus dientes. Eso causó un gran sonrojo en ella, porque sabía que este Natsu, también era un idiota que decía lo que sentía sin pensar.

- magia de hielo..- escucharon una voz de lejos, y ambos se giraron para ver a Gray congelando el suelo.

¿Qué demonios? ¿Podían usar magia? Según recordaba en sobre la novela, este mundo se regía por la magia basada en los cuatro  elementos y sus derivados.

Dejando de pensar tanto las cosas cuando Natsu se resbaló y cayeron al suelo juntos, vio cómo este murmuraba un par de palabras antes de derretir el hielo que lo rodeaba con fuego.

- ¡¡maldita princesa de hielo!!- gruñó muy molesto por la contusión detrás de su cabeza.

- no es como si tuvieses algo en tu cabeza que pudiese lastimarse, flamitas- contestó el causante de la furia del otro mientras tomaba a Lucy del suelo y empezaba a correr.

La muchacha solamente soltó un bufido ante tal comentario. Realmente eran como sus amigos. Aunque a pesar de saber qué tan competitivos eran ellos, algo era diferente.

Reencarné como la villanaWhere stories live. Discover now