Capítulo 17 (Resubido)

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Vuelvo a subirlo ya que a varias personas les aparecía en blanco. Si sigue sin verse avisadme. ¡Disfrutad!

Narra Ted

 Miro mi maleta y dudo en si hacerla o no. Quiero, es más, necesito verla, decirle que lo siento. Tengo que confesar que cuando se trata de ella me pongo celoso, muy celoso. ¿Qué estará haciendo ahora? No puedo imaginar nada, porque todo lo que pienso siempre acaba siendo algo malo. ¿Estará con algún chico? ¡Ted para! Me grito a mí mismo. Pensar en ella me hace daño.

 Llevo un buen rato solo con la toalla. No tengo ganas ni de vestirme. Abro el armario y cojo un pantalón y una camiseta sin pararme a pensar mucho en lo que me estoy poniendo. Salgo de la habitación y camino por el pasillo sin saber a dónde ir. Escucho a mi hermana cantar y me acerco a su puerta. Canta en español, como no. Según ella, "el español me gusta más que el inglés."

"Eso, desaparece y no lo ves.

Ese regalo que la vida pone al lado.

Dura, lo que dura y ya se fue.

Ni tú ni yo lo hemos cuidado."

¿No había otra canción mejor? Me pregunto a mí mismo. Todo el mundo siempre tiene la "extraña" manía de recordarme todo con canciones, y si no son personas, es el azar. Siempre suena una canción inoportuna en el momento menos indicado. Tal y como dice la canción, quiero que todo vuelva a empezar. Me siento en el suelo apoyado contra la pared y recuerdo nuestros momentos juntos.

"-Hola –Susurro en su oído haciendo que se gire. -¿Qué hace una preciosidad como tú tan sola?

-Buscando a alguien que me entretenga –Responde con una sonrisa a la que yo correspondo sin ningún problema. "

"Acaricio su cara, apoyo mi frente en la suya rozando  mis labios con los suyos.

-¿Te rindes tan fácilmente? –Pregunta poniendo sus manos en mis caderas. Supongo que con la intención de seguir descendiendo.

-Ya sabes que no. Simplemente estoy jugando –Le respondo con una sonrisa."

Simplemente estoy jugando decía. Que ingenuo fui.

"Arranco el coche y avanzo hasta un par de calles más abajo, con la presión de las caricias de Paula. Aparco el coche y me lanzo hasta su boca, subiendo y bajando mis manos por sus piernas. Si quiere ver al verdadero Ted, lo verá. Muevo mi lengua con velocidad, jugando con la suya cada vez que se encuentran. Noto como se revuelve, rozándome, sin impedir que algo en mí se despierte. Se separa de mí con una sonrisa triunfante al mirar mi pantalón.

-Voy a ganar. –Susurra en mi oído dejándome con ganas de más. Algo que quiero evitar."

Muy a mi pesar ya has ganado, aunque tú no lo sepas.

 Sigo recordando momentos, entre ellos el día en que dormimos juntos, cuando mi madre nos pilló in fraganti, nuestras salidas, nuestras peleas tontas, la rubia del pub, mis celos al verla con Diego en esa playa, la piscina...

—Ted —Mi hermana está mirándome pero no respondo. —Ted, ¿qué pasa? —Sigo sin responder pero esta vez levanto la cabeza y la miro a los ojos. Se sienta a mi lado y me abraza.

—Confía en mí. —Dice sin soltarme. —¿Te acuerdas cuando mamá nos decía que lo que importa no es hacer lo correcto siempre, sino hacerlo? Pues eso es lo que quiero que pienses. Puedes fastidiarla más veces Ted, de hecho sé que lo vas a hacer. —Hago una mueca rara pero continúa hablando. —Pero también sé que aunque la fastidies, siempre vas a saber cómo arreglarlo y sino llámame. —Dice asumiendo que lo voy a hacer.

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