Solo compañeros

Capítulo 32

Narra Ted

Abro los ojos y automáticamente sonrío recordando la noche de ayer. Giro lentamente la cabeza y la veo durmiendo plácidamente en la almohada y, a su lado, ese bote de nata que pasará a la historia.

Me levanto de la cama con cuidado de no despertar a Paula y empiezo a recoger el desastre que hemos montado ayer. Recojo la corbata que sacó ayer mi chica del cajón y la guardo, no sin antes recorrer con mis dedos su tela y recordar de nuevo. Bendita corbata.

Acabo de recoger y miro fijamente a Paula. La sábana solo tapa la mitad de su cuerpo y es una gran tentación recorrer con mis dedos su espalda, no puedo negarlo. Se remueve en la cama y palpa el sitio en donde debería estar yo. Levanta su cabeza a la vez que va abriendo sus ojos y me sonríe.

— Buenos días, preciosa.

— ¿Buenos días? Dios mío qué sueño tengo. No sé cómo te mantienes en pie

— ¿Sabes qué hora es?

— La hora de seguir durmiendo. —Vuelve a apoyarse en la almohada y parece que se queda dormida de nuevo.

Fijo la mirada en su cuerpo y como un flashback viene a mi mente la noche de ayer.

Salimos del ascensor comiéndonos la boca como dos salvajes, tal y como era de esperar. Apoyo a Paula sobre la puerta de casa y busco, sin apartar mis labios de ella, las llaves de esta. A tientas, introduzco la llave al tercer intento y abro como puedo, entrando al interior. Gruño sobre su boca, comienzo a quitarle la ropa antes de que ella pueda decir o hacer algo y la guío hacia la cocina para allí deshacemos de la ropa que nos queda.

Con un solo movimiento sus pechos quedan al descubierto. Aparto con mi mano, y sin cuidado alguno, los objetos que están sobre la encimera mientras Paula da un pequeño salto y se cuelga de mis caderas. La cojo de los glúteos y la siento sobre esta para, a continuación, besar su cuello y poco a poco ir descendiendo. Me meto un pezón en la boca provocando un sonoro gemido por su parte y aprovecho para darle pequeños mordiscos y con mi mano libre retorcer el otro, poco a poco, sin prisa, excitándola cada vez más.

Libero ambos pezones y continuo bajando mientras ella gime mi nombre. Me estoy volviendo loco. Beso la cara anterior de sus muslos y siento como ella se estremece cada vez más. Atrapo su clítoris con los dientes y tiro suavemente de él para después soltarlo. Introduzco dos dedos dentro de ella y la miro fijamente antes de comenzar a moverlos. Su cara refleja la sensación de placer que quiero conseguir.

Arquea su espalda y yo simplemente los muevo sin piedad. Saco mis dos dedos e introduzco mi lengua en ella, moviéndola de un lado a otro en círculos, primero arriba y abajo después.

—Ted creo que...

Ni siquiera le da tiempo a acabar la frase cuando llega al orgasmo y se corre en mi boca. Levanto la cabeza y me dirijo sus labios de nuevo mientras la bajo de la encimera,haciendo que ella saboree su propio orgasmo. Tengo ganas de más, de mucho más.

Se separa de mí y va hacia la nevera. Coge un bote de nata y me mira con cara pícara. No digo nada y me dejo llevar. Tira de mí y me lleva hasta mi habitación.

— Túmbate en la cama.

— ¿Qué vas a hacer?

— Tú solo déjate llevar

Hago caso de su petición mientras ella se dirige a mi cómoda. Saca una corbata y me mira fijamente mientras sonríe. Camina hacia la cama y se sienta encima de mí. Sujeta mis manos y las ata con la corbata impidiendo que pueda separarlas. Intento tocarla pero me aparta de un manotazo.

— No lo intentes o te ato también al cabezal Teddy

Gruño y vuelvo a dejarlas sobre la almohada muy a mi pesar. Coge el bote de nata y lo agita. Se coloca de nuevo encima de mí y se acerca a mi oído para susurrar un '"que empiece el juego".

Comienza a echar nata por mi pecho y lamiendo con una pasividad que se me hace eterna. El juego continúa y llena de nata cada parte de mi anatomía. Estoy haciendo esfuerzos sobrehumanos para no intentar tocarla pero creo que en cualquier momento no voy a ser capaz de contenerme.

Siento su boca en torno a mis caderas y comienzo a temblar. Continúa bajando y deposita una gota de nata en mi entrepierna. Me mira, sonríe y simplemente me limpia con su lengua. Gimo su nombre justo en el momento en el que se lo mete en su boca y comienza a succionar con fuerza. Soy incapaz ya de no moverme e intento, desesperadamente, soltar la corbata con las pocas fuerzas que me quedan.

Muevo mis caderas para introducirme más en su boca mientras sigo con mi labor pero no lo consigo. Masajea mi pene a la vez que chupa con fuerza y yo ya no puedo más. Me corro en ella gritando como un salvaje.

Salgo de mi ensoñación y veo que Paula está delante de mí como si nada. No puedo pensar con claridad después de recordar la noche ayer por lo que me tiro encima de ella y la beso con desesperación. ¿Cómo es posible que un recuerdo me haya puesto tan caliente? Volvemos a acostarnos pero esta vez sin tantos rodeos. Algo rápido, algo mañanero.

Estamos ambos tumbados en mi cama mirando al techo. Sin decir nada, solo escuchando nuestras respiraciones. Pagaría por estar así toda la vida.

— Me encantaría despertarme todos los días así. —Susurro en su oído

— A mí no me importaría en absoluto. —Se apoya en mi pecho y rodea mi cintura con su brazo.

— Sé que puede sonar loco pero —Cojo su cara y la levanto para que me mire a los ojos. — ven a vivir conmigo.

— Pero Ted, yo... —Mierda, sabía que no tenía que haber dicho nada. — Está bien. —Coge aire y vuelve a hablar. —Claro que sí. Dios, sí.

Espera, ¿ha dicho que sí? ¡Ha dicho que sí! Me lanzo a su boca con locura y con emoción. Mucha emoción.

— Te quiero. — Repito estas palabras varias veces entre beso y beso. — Mucho.

— Qué moñas te has levantado esta mañana. — Le da por reír.

— ¿En serio crees que hoy me he levantado moñas? ¿En serio? — Levanto una ceja y sonrío antes de intentar acercarme a ella.

— Quieto, fiera. —Pone una mano mi pecho.

Se levanta de la cama y se mete en la ducha dejándome solo en la cama. ¿Cómo he podido vivir sin esta mujer tantos años de mi vida? 

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¿Cambiaríais algo de la novela? ¿Queréis que paso algo en especial? Dejadme un comentario o un mensaje privado si es así ;)