IV (Parte 1)

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—Vamos. —dijo Harry, dirigiéndose hacia el lago cuando estaban de vuelta en los terrenos de Hogwarts.

— ¿Qué? ¿Adónde vas? —preguntó Draco, deteniéndose y mirando a Harry.

Harry se volvió de modo que caminaba hacia atrás y dijo:

—A fumar, por supuesto. Vamos.

Ser invitado a fumar un cigarrillo con Harry Potter era algo nuevo y ajeno a Draco, y durante mucho, mucho tiempo, consideró reírse y alejarse.

Harry lo vio en su cara y se encogió de hombros fácilmente, dándose la vuelta.

—Maldita sea —suspiró Draco para sí mismo—. ¿Cómo demonios dejé que esto pasara? Siguiendo a Potter todo el maldito día. —luego, más fuerte, dijo: — ¡Espera entonces!

Caminaron hasta el muelle donde Hagrid ataba los botes que llevaban a los primeros años a través del lago, quitándose los zapatos y sentándose en el borde. Sus pies colgaban unos centímetros por encima de la superficie negra del lago, gracias a Dios; Draco no quería tentar al calamar colgando sus pies en el agua.

—Ten —dijo Harry, dándole un cigarrillo y tomando uno él mismo. Ambos los sostuvieron incómodamente, sin haber fumado nunca antes—. ¿Cómo los encendemos? No tengo encendedor.

— ¿Un qué? —preguntó Draco, poniendo los ojos en blanco— ¿Es un artilugio muggle? ¡Por Dios, Potter! —usó su varita, repitiendo el hechizo que había escuchado a su madre lanzar miles de veces para encender sus cigarrillos.

Segundos después, ambos estaban sosteniendo sus cigarrillos encendidos y mirándolos con asombro, pero Draco y Harry no se miraron el uno al otro. Después de todo, Draco no quería que Harry supiera que nunca había hecho esto antes y Harry no quería que Draco supiera que no tenía idea de qué hacer ahora.

Fue Harry quien se armó de valor para probarlo primero, y se puso el cigarrillo entre los labios y chupó.

Durante un largo momento, Draco miró nerviosamente su cara buscando una reacción.

— ¡Mierda! —Harry gritó, tosiendo y ahogándose, sus ojos lagrimeando— Mierda —después de dejar de toser, miró a Draco, quien seguía observándolo con los ojos muy abiertos—. Adelante entonces.

— ¿Después de eso? —gimió Draco.

— ¿Asustado?

Harry miró a Draco con los ojos entrecerrados desafiantemente y luego el otro chico se llevó el cigarrillo a los labios y tomó una cautelosa bocanada.

—Dios mío —jadeó, gimiendo—. Esto es vil.

—A mí me gusta un poco. —dijo Harry, reteniendo el humo por más tiempo esta vez, tosiendo sólo la mitad.

Era una noche cálida, las estrellas reflejándose en la superficie lisa del lago, y el único sonido era el chapoteo del agua y el lejano canto de los grillos. Draco, con una mirada a Harry, se llevó nuevamente el cigarrillo a la boca, con sus ojos lagrimeando con el esfuerzo que le costó no toser.

Se quedaron sentados en silencio durante mucho tiempo, hasta que Harry se había fumado todo el cigarrillo y Draco había dejado que se quemara. Luego, Harry suspiró.

—Deberíamos volver. —dijo, sonando de repente muy cansado.

Era tarde, y Draco, al menos, tenía la intención de ir a clase al día siguiente.

—Sí. —dijo, reacio a volver a su sala común. Estaba más tranquilo aquí, y últimamente había venido a anhelar tranquilidad.

Aun así, se puso en pie y se giró para volver al castillo.

Beautiful World [ Drarry ]Where stories live. Discover now