Beautiful World [ Drarry ]

II (Parte 1)

Nota de la autora en su original

I've changed the rating of the story from this chapter on, because I've finished writing it in the weeks since my last chapter was posted, and it's more than PG-13. Dedicated to everyone who reviewed the first chapter.

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Draco Malfoy nunca había conocido a un caballero con armadura brillante y siempre le gustaba pensar que, si alguna vez lo hacía, no estaría tan impresionado.

En serio, ¿para qué sirve un imbécil de mierda en un traje de metal, al fin y al cabo? Pensaba que las chicas que soñaban con esas cosas eran sentimentales y aburridas; seguramente su imaginación podría dar lugar a un héroe más apropiado.

Por eso, cuando se encontró a sí mismo, de alguna manera, en el papel de Caballero de Brillante Armadura Personal de Harry Potter, no quedó impresionado. En lo más mínimo.

No era como si lo estuviera pasando tan bien en esa semana, para empezar. Draco rara vez tenía una semana que fuera completamente buena, sin una sola pista de algo malo en ella. Por otra parte, él era un Malfoy, y se suponía que los Malfoy pensaban que lo Malo, era Bueno y lo Bueno era Malo; que el negro era blanco y el blanco era negro y que Voldemort se suponía, le gustaba el gris. A Draco, a pesar de la opinión popular, también le gustaba bastante el gris; sentía que sacaba la plata de sus ojos.

No había muchas cosas a las que Draco pensara que le temiera, no realmente. Oh, podría haber hablado de lo que temía durante horas, pero era más calidad que cantidad. La lista era corta, pero los niveles de terror eran altos. No temía a la oscuridad, ni a las alturas, ni a bichos espeluznantes, ni a las serpientes. Tampoco temía a la muerte o al dolor o a los monstruos en las sombras.

Temía estar indefenso y temía tener miedo. Temía a los tatuajes de calaveras y serpientes y temía a la ira de su padre si se enteraba de eso. Temía convertirse en la viva imagen de su padre y temía morir siendo alguien así. Lo que más temía era a Voldemort.

También le preocupaba mucho envejecer y fallar en sus clases, también avergonzarse a sí mismo y nunca derrotar a Potter en Quidditch. Pero la preocupación no era lo mismo que el miedo, porque la preocupación era algo más suave.

No te preocupas por nada de lo que piensas que posiblemente se hará realidad. Draco nunca sería viejo (la inmortalidad es una ilusión de los jóvenes), nunca fallaría, y finalmente tendría que vencer a Potter.

Pero temía a lo que estaba seguro de que realmente pasaría algún día. Se convertiría en su padre; moriría igual que su padre lo haría; Voldemort lo tendría.

Esa fue una vez que Draco se dejó a sí mismo, temer a la oscuridad. Si Voldemort estuviera en ella, entonces la temería.

Sin embargo, no tenía ningún problema con la oscuridad si estaba empujando a Potter hacia ella antes que él, razón por la cual la situación actual era tan irritante. No quería tener nada que ver con Potter a menos que de alguna manera condujera a que el otro chico muriera de forma horrible, perdiera en el Quidditch, fuera humillado en un lugar público o fuera encarcelado de por vida en Azkaban.

Salvar su vida una y otra vez no era una forma de hacerse querer ni por su padre ni por Voldemort, y ciertamente no quería hacerse querer por Potter. Así que, en general, era una situación bastante mala para todos los involucrados. Potter conseguía vivir, y Draco conseguía cabrear a las dos personas con suficiente poder sobre él para provocar su muerte.