Cuántas han sido las veces en las que he querido cerrar los ojos transformando mis párpados en barreras para que no dejasen pasar más lágrimas. Cuántas veces me he tapado la boca para no hacer mucho ruido y que nadie fuese consciente de a qué nivel lloraban mis heridas. Cuántas veces me he dormido temprano porque sabía que la noche atacaria con más fuerza y quizás mi armadura no sería capaz de aguantarlo. Cuántas veces he querido perderme sin dejar ningún rastro y no para que no me encontrasen, si no para que yo no encontrase más el camino de vuelta a aquel lugar donde me había construido un papel demasiado difícil de interpretar, donde fingía que todo iba perfecto hasta que aquel lado de la cama y yo, aquel rincón de pared y yo, aquel cachito de almohada y yo, aquella soledad y yo nos encontrábamos cara a cara y tanto ellos como yo sabíamos que ahí, ahí estaban prohibidas las máscaras, que ahí era el punto muerto donde se podía extirpar el dolor a base de noches en vela y un poquito de agua salada.
02:31
ESTÁS LEYENDO
Pasadas las 00:00
PoetryParanoias mentales a destiempo. A veces es necesario sacar algo bueno de un corazón dañado, así como escribir su historia recordándola de la forma más bonita que se merece un sentimiento. Parandose a pensar si realmente todo valió la pena, si tu pec...