Sueños De Andar Por Casa

Amores cobardes

Ella tan cansada de quererle, él, mitigando el dolor de sus recuerdos, intentando refugiarse en el presente, en un fuerte hecho de ilusiones, uno que sigue milagrosamente en pie y que amenaza constantemente en salir arrastrado por un vendaval de futuro. Ella, en un fuerte similar, en un lugar muy distinto, hecho de apariencias y de mentiras, tan ilusorio y tan perecedero como el de él, allí se esconde de complejos terremotos en su corazón polvoriento. Ambos, tan asustados como un animalito afrontando la muerte. El jovial y alegre árbol que crecía entre sus destartalados fuertes, lo único que había entre ambos, ahora no es más que ceniza y ramas negras y frágiles que yacen en el suelo, inertes y sin vida. El sol, ya en el horizonte, emite oblicuos los últimos rayos de luz que jamás emitirá, escondiéndose lentamente, dando tiempo a despedidas.