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Comencé las clases de conducir con Tony esa misma semana. Sería lindo poder decir que gracias a eso creamos una conexión padre e hija incluso más potente de la que ya teníamos. Pero estaría diciendo una maldita mentira. Nunca, en mis diecinueve años de vida, he conocido una persona con menos paciencia que Tony Stark. Eso, más mi sensibilidad y poca capacidad de recibir regaños sin comenzar a hacer pucheros, no es una buena combinación.
Pero, en fin, ¡ya sé cómo poner en marcha el auto! Pensaré en grande y diré que para el día de mi graduación ya estaré lista para salir a conducir por mi cuenta.
Hablando de eso, me sorprendí a mi misma no dejando que la depresión me dominara luego de lo sucedido con la beca expirada, y ni bien llegué a casa ese día me puse en marcha y comencé la búsqueda de nuevas universidades. Internet fue de gran ayuda y me hizo dar cuenta de las muchas opciones que tuve desde el principio y que nunca me tomé la molestia de considerar debido a lo centrada en Columbia que me encontraba. Porque era cierto, desde los dieciséis años, que fue el momento donde empece a preocuparme por mi futuro, jamas se me ocurrió ver mas allá; me ofrecieron la beca en Columbia y fue como si aquel lugar fuese el único donde podría formarme profesionalmente. Pero no.
Bruce tuvo la gentileza de darme una mano y declarar su opinión sobre cada opción de la que le iba comentando, cosa que fue de gran ayuda, en especial viniendo de un doctor de su talla. Principalmente me centré en las que se encontraban dentro de New York o en su defecto a sus alrededores pues, aunque sonara un poco cursi, no tenía intención de alejarme de Tony y Pepper por el momento. Tampoco descarté ninguna según sea privada o publica, luego de varios cálculos llegué a la conclusión de que con el dinero que tenía ahorrado de lo que me había dado "SHIELD" cuando me reclutó podría arreglármelas por al menos un año. Supuse que después podría buscarme algún empleo a medio tiempo o alguna pasantía que fuera remunerada.
Hice una lista muy larga y envié mi solicitud en todas, sabía que no tendría respuestas de muchas de ellas, teniendo en cuenta al limite que estaba de la fecha de comienzo de clases, pero si recibía la llamada de al menos una de todas, ya sería una victoria para mi.
Mientra tanto, me mantuve bastante entretenida. Mis días comenzaban normalmente con un desayuno en compañía de Pepper y Tony, luego nos movíamos con mi padre al piso mas remoto de la torre y allí (donde nadie podría salir lastimado) él me daba clases de manejo que terminaban en gritos de terror de su parte y ojos llorosos por la frustración de parte mía. Nos reconciliábamos e íbamos a almorzar, a veces con Pepper, otras con los chicos en el comedor de los Vengadores o a veces, cuando la mayoría se encontraba en alguna misión, solos. Después Tony se marchaba a ocuparse de sus asuntos y yo perdía el tiempo leyendo algún libro, adelantando estudios o poniéndome al día con temas de la actualidad. En la tarde pasaba en rato con Sheila y, de no estar ella, me juntaba con Bruce en el laboratorio o molestaba a Clint mientras entrenada a lo agentes novatos. Así hasta la noche, donde volvía a reunirme con mis padres para la cena.
