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Si hay algo a lo que definitivamente jamás me acostumbraré es al entrenamiento tan constante al que cada miembro de los Vengadores está expuesto.
A ver, como Steve había dicho, yo poseo gran resistencia. Si embargo eso no quiere decir que no llegará un punto en el día en que finalmente mi cuerpo ya no dará para más. Mi día comenzó a las cinco de la madrugada, había corrido quien sabe cuantas vueltas por todo Central Park, realicé todo tipo de ejercicios como lagartijas, flexiones, sentadillas, luego volví a la torre y comencé el entrenamiento con Natasha y Clint; la pelirroja me hizo trabajar incluso más de todo lo que había hecho junto a Steve y Sam.
Luchamos sobre un ring de boxeo (no está de más recalcar las centenares de veces que mi rostro se encontró con el suelo), me enseñó tácticas de defensa, de ataque y contraataque. Después volvimos a practicar con armas. La verdad es que esa es la parte del entrenamiento que más me cuesta, aún se me hace muy difícil sostener una pistola entre mis manos sin temblar o basilar a la hora de presionar el gatillo. Luego, agudice mi puntería con Clint, aunque debo decir que a pesar de todo no fue tan mala.
Una vez que por fin me desocupé, me di un baño y estuve a punto de, como me había insistido Banner, ponerme a practicar. Pero de pronto recuerdo lo que me había dicho Tony en la mañana: Debo ir a su piso para planificar mi traje. Estoy completamente exhausta y para ser sincera no tengo ni la más mínima gana de moverme de mi habitación. Pero debo ir. Así que con todo el cansancio que alguna vez había sentido me subo al ascensor y le indico a JARVIS que me deje en el piso del señor Stark. Si, Tony tiene su propio piso en la torre. Bueno, en teoría todos los pisos son de él, pero por lo que tengo entendido allí es donde él vive, alejado de los demás.
Es algo que me llama la atención. Tony Stark tiene la posibilidad y status social como para vivir en alguna de sus mansiones de lujo, con toda la comodidad y privacidad que se le ocurriera tener. No obstante allí está el, viviendo en una enorme torre junto a sus compañeros de trabajo y quien sabe cuanta gente más.
Cuando las puertas del ascensor se abren dejando a la vista el penthsouse, me ahorro la sorpresa; si pensaba que el piso que habitaba con los demás chicos era lujoso, el que tengo frente a mis ojos le gana por goleada. Todo parece estar hecho especialmente para Tony, todo parece tener el toque "Stark" que me hace sonreír ante mis pensamientos.
—¿JARVIS? —carraspeo.
—¿Si, señorita Williams?
—¿Podrías avisarle al señor Stark que ya estoy aquí?
—Enseguida, señorita Williams.
—Gracias, JARVIS.
Camino unos cuantos pasos al rededor del lugar, mientras observo los adornos y reliquias que hay en forma de decoración. Seguro Tony debe tener una novia, pienso enseguida. Me paro frente a un gran estante que está repleto de fotos y comienzo a ojearlas con curiosidad.
