Capítulo 17

695 47 31
                                    

(Una canción un poco vieja, pero me encanta)

Christopher

He pasado toda la noche en vela, contemplando a la hermosa mujer, que duerme plácidamente sobre la cama...

Mi esposa.

Verla tan mal hace unas horas, me ha producido una sensación de culpa y un dolor inexplicable. Ese momento me sirvió para darme cuenta, de cuánto daño nos habíamos hecho. No puedo evitar no sentir rabia conmigo mismo. ¿Cómo no me di cuenta antes de cuánto sufría por mi ausencia? Intentó decírmelo tantas veces, pero nunca supe escuchar lo que decía.

«Que imbécil eres, Christopher.»

Le fallé. No supe entenderla, no estuve a su lado cuando más lo necesitaba. Todo lo que me preocupaba, era que ella entendiera mis razones para pasar tanto tiempo fuera, y lo hizo. Aún cuando yo no pude darle la misma comprensión, ella supo entenderme y escucharme. ¿Y yo? Simplemente no fui capaz de ver cómo se iba apagando y hundiendo, la mujer que me esperaba en casa cada día. Esa que estaba dispuesta a regalarme su tiempo y su vida. Esa que supo perdonarme cuando en nuestro último aniversario, la dejé sola con todo lo que había preparado para mí. Simplemente porque yo lo había olvidado, y me quedé hasta tarde en mi oficina, trabajando. Me perdonó tantos desplantes. Tantas noches de soledad, abrigada en mi ropa y abrazada a mi almohada, simplemente porque no podía dormir sin abrazarme. Entendió y perdonó tantas cosas, que seguramente ninguna otra mujer hubiese sido capaz de aceptar.

En cambio yo... Yo he hecho todo lo contrario.

La juzgué. No me detuve en ningún momento a pensar en cómo ella se sentía. Todo lo que pude pensar fue en cómo me sentía yo. Descargué mi rabia con ella. Por unos instantes, lo único que pasó por mi mente, es que quería que sufriera de la misma forma que yo. Pensaba que lo merecía. Pero ahora... Ahora simplemente quiero mirarle a los ojos, y decirle todo lo que he pensado en estas horas de silencio.

No tengo duda de que me ama. El brillo en sus ojos al mirarme; estoy seguro, no puede ser fingido. Después de verla como la vi, no dudo de que ella ha sufrido mucho más de lo que creo. Y mi corazón me pide que me quede. Que luche por salvar este matrimonio, y por salvarle de ella misma. A pesar de que ni siquiera sé con exactitud qué es lo que tanto le atormenta.

_________💖_________

No sé en qué momento me quedé dormido en el sillón de la habitación. Habían sido horas muy agotadoras, y mi cuerpo necesitaba reponer energías. Aunque dudo muchísimo que lo haya hecho, puesto que aún me siento muy cansado. Sin embargo, los rayos del sol consiguen colarse en la habitación, haciendo que termine por despertarme. Al abrir mis ojos, me encuentro otro par de ojos que me observan desde un lado de la cama. Mi Dulce ha despertado, y me contempla en silencio, mientras algunas lágrimas descienden por su rostro. Mi pecho se contrae y me duele. Ver a Dulce llorar siempre ha sido mi debilidad, y no lo soporto.

Sin pensarlo me levanto, y me acerco hasta la cama, para quedar sentado a su lado. Tomo una de sus manos y, con la otra, acaricio su mejilla, intentando quitar sus lágrimas. Ella descansa su rostro sobre la palma de mi mano, al tiempo que cierra sus ojos para disfrutar de mi contacto. Cuando vuelve a abrirlos, decido que ha llegado el momento de hablarle.

- Hola, pequeña. ¿Cómo te sientes? - pregunto dulcemente mientras le regalo una sonrisa.

- Bien... supongo.

- ¿Sabes? Me asusté muchísimo cuando te vi tener esa crisis. - siento una punzada de dolor de tan solo recordar ese momento.

Un Amor Imperfecto Where stories live. Discover now