Capítulo 16

660 51 36
                                    

Dulce

Han pasado algunas horas desde que Chris se marchó, y yo sigo en el suelo, revolcándome en mi dolor.  Me he aferrado a una de sus camisas, buscando desesperadamente, una forma de sentirlo conmigo. Reviviendo una acción que tantas veces repetí  en un pasado. No sé si la dejó aquí por la prisa de marcharse, o si lo hizo conscientemente, pero lo agradezco. Miles de veces hice esto, intentanto sentirlo cerca, cuando no estaba por algún viaje. Siempre llevaban impregnadas su aroma, y me hacían sentir justo como ahora. Como si estuviera a mi lado, aunque la realidad fuese otra. 

Sí, la realidad es muy diferente a lo que yo quisiera creer. Él no está aquí. Se ha ido, llevándose todas mis ilusiones y toda mi vida, en el momento en que vi la puerta de la habitación cerrarse. Se fue, dejándome una vez más, sumida en la soledad, que siempre ha sido mi peor agonía. Pero hoy sí lo merezco. Yo misma le he orillado a marcharse. Le he dado suficientes motivos para odiarme. Lo he destruído, de la misma forma en la que siempre destruyo todo.

Las razones que le di a Chris sobre el abandono de mi madre, solo eran mentiras, para que no me viera como lo que realmente soy...

Una persona que destruye todo a su paso.

Mi madre no me abandonó porque prefería una vida de lujos, o porque no amara a mi padre. No, no fue así. Lo hizo porque nunca se sintió preparada para tenerme. Porque nunca me quiso. Y si permaneció durante mis primeros dos años, fue por amor a mi padre, pero al final, ni siquiera eso fue suficiente para hacerla quedarse. Yo destruí el amor de ellos. Si tan solo no hubiera nacido, seguramente ellos hubiesen permanecido juntos, pero no. Tuve que llegar yo para destruir sus vidas, para destruir sus sueños, sus ilusiones y su felicidad. Destruí a mi padre. A ese hombre que me reprochaba en silencio, por ser culpable de que la mujer que más amaba, le abandonara. Sin embargo, a pesar de esos silenciosos  reproches, sé que, a su forma, me quiso y me amó. Y yo también le amé. Sé que, por ese amor que en el fondo sintió por mí, trató de hacer su mejor intento para darme lo mejor. Pero, en realidad, nunca lo consiguió. Jamás entendió que, todo lo mejor para mí, todo lo que yo quería, era su compañía y unas muestras de amor. Todos los días de mi infancia me desperté con la ilusión de no sentir su rechazo, de que me dijera un "te amo, hija." Pero no fue así. Dejarme sola fue su castigo. Su forma de hacerle pagar a aquella niña, por haberle arrebatado a lo que más quería. Esa es la verdadera razón por la cual no soporto la soledad. Porque me recuerda al padre que nunca supo quererme lo suficiente. A ese que me castigó con su indiferencia y su rechazo. 

Mis miedos y mis fantasmas del pasado, fueron los verdaderos motivos por los cuales, nunca soporté la soledad que me embargaba, cuando Chris no se encontraba en casa. Por eso tantas veces desconfié de su amor. Mis fantasmas regresaban cada noche que él no estaba, para hacerme creer que, una vez más, yo no era amada. Lamentablemente, muy tarde comprendí que no era así. Ahora sé que no hay marcha atrás. Que todo este dolor y sufrimiento me lo merezco. Me lo merezco por fallarle y por haberle mentido tantos años.

Todo este tiempo solo he sido una cobarde. Hoy tuve una nueva oportunidad para ser completamente honesta con él, y no lo hice.  No solo era el momento ideal para hablarle de mi verdadero pasado y mis temores, sino que también era el momento perfecto para hablarle de mis crisis de ansiedad.  Esas que por tanto tiempo le he ocultado, para no hacerlo sentir culpable. Solo Poncho y Annie conocen de ellas. Comencé a tenerlas hace un tiempo, como producto de la ansiedad que me provocaba sentirme sola. Y no quiero que Chris me vea así. Como una tonta que no ha podido superar algo que, puede ser tan estúpido para muchos. Sin embargo, ahora siento que he hecho muy mal por callar tanto tiempo. 

¿Pero cómo tener el valor para decirle la verdad luego de todos estos años? No quiero ni pensar en lo mucho que me odiaría y lo engañado que se sentiría. Dudo que pueda entender que callé porque, no quería que viera nunca esta versión de mí que tanto odio. No quería que los fantasmas de mi pasado se interpusieran entre nosotros. No obstante, de nada sirvió mi silencio. De todas formas, eso no impidió que los viejos fantasmas y temores, regresaran para hacernos daño. Si hubiera sido honesta con Christopher, tal vez nada de esto hubiera sucedido. Pero el hubiera no existe. Ya no me sirve de nada pensar en lo que hubiera sido. Eso no va a cambiar mi realidad. La realidad de que nuevamente estoy sola.

Un Amor Imperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora