Sin saber exactamente por qué, el miedo empieza a invadir mis entrañas. No me siento nada segura en la calle, a pesar de ser tan solo las dos de la tarde.

Camino apresuradamente hasta mi portal y, temblorosa, consigo abrir la puerta. Subo rápido las escaleras y cuando al fin estoy dentro de mi departamento, apoyo la espalda contra la puerta de entrada y me deslizo hasta quedar sentada en el suelo. Tengo el pulso acelerado. Estoy sola en casa, necesito llamar a alguien.

Sin pensar mucho agarro mi móvil y deslizo la lista de contactos. Daniela, Liam, Harry... Niall. No puedo llamarle ahora, llevamos años sin hablar. Aunque por dentro me muero de ganas, decido finalmente llamar a Daniela. Al fin y al cabo, es mi mejor amiga y mi compañera de piso.

- ¿Tn?

- Dani, creo que estoy apunto de tener un ataque de ansiedad.

- Venga ya, exagerada. ¿Qué te ha pasado?

- Ese es el problema. No tengo ni idea de lo que acaba de pasar. ¿Estás muy ocupada?

- Justamente estaba haciendo la compra. Me levanté hace un par de horas y vi el frigorífico vacío. ¿Necesitas algo?

- Te necesito a ti. Por favor, no tardes.

- Me estás preocupando, ¿ha pasado algo? ¿Ha sido Niall?

- No, no ha sido él.

- Voy a pagar esto. En quince minutos estoy allí.

Me levanto del suelo y camino por salón del departamento. Tal vez sí estoy exagerando un poco, pero realmente me ha dado pánico ese encuentro. Había algo en ese chico que se me hacía familiar. Lo extraño es que no me recuerda a algo bonito, sino más bien lo contrario. ¿Dónde habré visto esa cara antes?

Antes de que pueda seguir dándole vueltas, el timbre suena. Un sobresalto hace que pegue un pequeño grito. Tengo los nervios a flor de piel.

Al otro lado de la puerta se oye una voz preocupada.

- ¡(Tn)! ¿Estás bien?

- ¿Niall?

Me apresuro a abrir la puerta y, efectivamente, al otro lado de la puerta se encuentra mi duende de pelo rubio.

- ¿Qué ha pasado? He oído un grito.

- ¿Qué es eso? - digo mirando una pequeña caja que trae en su mano.

- Ah, esto - se sonroja - no se si has comido ya, pero por si acaso te he traído algo de postre. Mi madre vino ayer desde Irlanda y me trajo unos muffins caseros. Le salen realmente buenos, pensé que te gustaría.

- ¡Oh, qué atento! Me encantan estos dulces. Gracias, Niall.

- No has contestado a mi pregunta.

- Pasa, estoy esperando a Daniela - le digo mientras le indico el camino hasta la cocina. Dejo los muffins en la encimera y sigo hablando - He estado a punto de llamarte.

- ¿A mí? - dice con bastante sorpresa.

- Sí. Pero pensé que era una tontería, y ahora que estamos recuperando la... Amistad, no quería fastidiarlo.

- ¿Fastidiar el qué? ¿Qué te ha pasado?

- Verás... He tenido un encuentro bastante extraño con un desconocido -me rasco la cabeza nerviosa, y Niall se percata de ello. Se cruza de brazos- Aunque en realidad no parecía un desconocido. Estoy bastante confusa.

- ¿Te ha hecho algo? - pregunta bastante preocupado.

- ¡No! No ha pasado nada. Es sólo que me ha dado mala espina. Estaba esperando a Daniela para contárselo.

- Oye, antes que nada... Quiero que sepas que, aunque hayamos estado varios años sin hablar, puedes contar conmigo para lo que necesites. Si algo te preocupa nunca será una tontería, si te afecta es por algo. Y yo estaré aquí para escucharte.

Sin poder evitarlo, tras unos segundos de contacto visual, me acerco tímidamente para abrazarlo. Sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo me hace sentir protegida y segura. Una de sus manos se posa en mi cabello, acariciándolo lentamente. Deseo con todas mis fuerzas que este momento se haga eterno.

Hasta que unas llaves resuenan en todo el departamento, a la vez que se abre la puerta de entrada. Daniela.

- ¡Ya estoy...! ¿Niall? ¿Tú qué haces aquí?

En ese momento, la imagen del desconocido reaparece en mi cabeza como si de un relámpago se tratase. Un escalofrío recorre mi espina dorsal de abajo a arriba, todo mi ser empieza a temblar. Intento autoconvencerme de que no, pero sí. Sin ninguna duda. Es él.

- ¡(Tn)! ¡(Tn), qué te pasa! - grita Niall al notar cómo mi cuerpo cae por efecto de la gravedad. Me sostiene con fuerza.

- ¡(Tn), estás palideciendo! ¿Qué te pasa?

En ese momento todo se vuelve negro, y sus voces pasan a ser un simple eco en mi cabeza.


-----------------------

Gracias por leer!!

M.xx

Remember my loveWhere stories live. Discover now