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Jungkook estaba enfermo, hablé con él por teléfono al despertar y su garganta estaba cerrada, pobrecillo, tenía una tos de mil demonios. Se me ocurrió hacer algo lindo por el, una sopa y llevársela a casa, igual podría alimentarlo yo misma y cuidarlo un rato, el obstáculo era que jamás había entrado a su casa, una curiosidad enorme entró en mi cerebro desde que pensé en ir y entonces estaba decidido, iría a visitar a mi novio.

Tome una ducha y prepare rápidamente una sopa de pollo con arroz, la metí en un termo para que llegara caliente y salí de casa con una falda rosa y mi enorme termo gris entre mis manos. Subí al auto, aún no tenía mi licencia pero no había nadie en casa para regañarme por ello, coloqué el alimento en el asiento de copiloto y partí, mi destino no era nada lejano así que no tarde más de dos minutos en aparcarme frente a su casa y salir dudosamente de mi auto.

—¿Estaré siendo imprudente?— dude frente a la puerta, después de pensarlo un rato decidí que llegar sin invitación sería molesto, di la vuelta y el sonido de la puerta principal me congelo en mi lugar.

—¿Hola?

Cerré los ojos deseando desaparecer al escuchar aquella dulce voz, di la vuelta y me topé con una señora hermosa, impecable, elegante, con mucho porte y presencia.

—Hola, soy Park Haesun— hice una nerviosa reverencia.

La bella señora posó sus ojos en mi termo y esbozo una enorme sonrisa —¡La novia de kookie!— tomó mis hombros y observó mi rostro con determinación —Oh que chica tan bonita, soy Mihyun, su tía, mucho gusto— me acercó hacia ella envolviéndome en un incomodo pero cálido abrazo —Adelante, pasa eres bienvenida.

Hice una pequeña reverencia y entré a la casa, o mejor dicho ¿mansión? Esto es como de película, un florero más grande que yo adornaba el centro de la estancia, a sus lados unas escaleras curveadas que seguro llegaban al cielo de lo alto que es aquel techo. Tenía que tener una cara de estúpida embobada cuando la señora Mihyun soltó una risita y me tomo sutilmente del brazo, tanta fue mi estupidez que al momento de sentir sus frías y pequeñas manos solté el termo que llevaba en mis manos generando un estruendo que resonó con eco.

—L lo lamento señora— me agache de inmediato a recogerlo, por suerte era resistente y no pasó nada.

—No te disculpes y puedes llamarme tía, querida.

Era una señora muy dulce, tal vez demasiado dulce; pensar aquello me hizo sonreír falsamente, no es que no me guste la gente dulce pero no ha dejado de sonreír en 5 minutos con los ojos bien abiertos.

—¡Que linda! ¿Trajiste eso para mi kookie? ¿Qué es?

—Es solo una sopa de pollo que hice— conteste aún un poco nerviosa.

—Bien bombón, tu hombre no se encuentra en casa, pero puedes subir a dejar eso que hiciste en su habitación— hizo un gesto con su mano y sentí mis mejillas arder ¿qué le pasa?

Me indicó donde era la habitación de Jungkook y salió con prisas por la puerta principal, en cuanto azoto la grande puerta di un brinquito por el ruido y olvide absolutamente todo lo que dijo sobre donde es la habitación de Jungkook, lo mejor será que me large de aquí no debí venir desde el principio. Gire en mis talones y salí de la casota.

Coloque mis cosas en el asiento trasero de mi auto y al cerrar la puerta una figura se hizo presente frente a mis ojos. Recargado en la puerta del piloto vistiendo unos ajustados pantalones negros, una camisa azul marino arremangada en los brazos y el cabello castaño sumamente alborotado se encontraba nada más y nada menos que el pintor infernal. Puse mis ojos en blanco y este río un poco.

—¿Qué quieres?— dije en un tono nada amable colocando mis lentes de sol.

—Uy que ruda, ¿Que estás haciendo aquí?

—¿Que estás haciendo tu aquí?

—Vivo en el vecindario— Se incorporó y dio un paso hacia mi, me mantuve firme, este delicado no me da miedo —Lindo auto— golpeó el techo dos veces y tragué saliva—combina contigo.

—¿A que te refieres?— cruce mis brazos.

—Si bueno— tomó un mechón de mi pelo haciendo que mis ojos se posaran en este punto donde sus finos dedos acariciaban mis fibras para después dejarlas ir regresando mis ojos a su afilado rostro —Empezando porque es hermoso, es un auto que no se ve seguido, único, su brillo es intenso pero— chasqueó la lengua recargándose en el techo acercando su rostro a mi —Viejo, barato y lleno de polvo.

Golpee su asquerosa mano retirándola de mi auto y abrí la boca asombrada por su descaro —Hay gatito— me acerqué a él colocando mi mano en su cabello por la parte de la nuca haciendo que su semblante pasara de divertido a serio, acaricie un poco y de inmediato cerró los ojos y su boca se entreabrió un poco— Aún hay más cosas que tenemos en común, por ejemplo— acerque mi boca a su oído —Mi auto podría arrollarte y dejarte herido— deje de acariciar y jale un poco de su cabello escuchándolo emitir una especie de áspero gruñido —Y sobre todo, tu jamás podrás entrar en él.

Solté su cabello y empuje su pecho haciéndolo a un lado— Ahora muévete que nos largamos.

Una sonrisa cínica adornaba su cara— No vuelvas a decirme gatito, niña salvaje, te veo después— subí a mi auto ignorándolo y arrancando el motor de este, lo vi mover su mano hacia mi en forma de despido y abrí la ventana para mostrarle mi dedo medio.

[...]

Acomodaba mi falda entrando a la escuela, nana decía que iba en las rodillas pero me parecía extremadamente ñoño.

—¡Haesun!— Jungkook corría hacia mi deteniendo su mochila en uno de sus hombros.

—Buenos días— sonreí para el —Te vez de maravilla, ¿No estabas enfermo? Pensé que no vendrías.

—Oh eso... soy una persona sana, mis defensas pueden con una simple gripa en una noche— sonrió y junto sus labios.

—¿Vamos a clase?

—Espera— colocó su mochila frente a él y sacó de esta una cajita color azul —Ayer fui a comprarte esto.

Sonreí ampliamente y tome la cajita entre mis manos, un collar hermoso se encontraba dentro, era plateado y colgaba una piedra pequeña reluciente —Jungkook es hermoso... es demasiado.

—Basta, no es demasiado, es algo que compre para agradecerte el haber llegado a mi vida. Date la vuelta.

Obedecí y sostuve mi cabello facilitando que me colocara el collar. Una vez asegurado di la vuelta y tome el corazoncito entre mis dedos. Un tierno beso me sorprendió, correspondí felizmente y sonreí en sus labios —Gracias.

—Me marean— soltó Min sacándome de mi romántica aura.

—Cuando Min Yoongi estaba en primero de secundaria tenía muchos nervios por un examen de matemáticas, se sentía mareado entonces pidió al profesor ir al baño.

—Ni una palabra más.

—Y no alcanzo a ir entonces...

—Park Haesun ven aquí— corrí hacia el lado contrario con mi amigo detrás de mi.

—¿Sigues mareado?

—No entiendo porque somos amigos— tomó mi brazo y me llevo a clases siendo seguidos por Jungkook quien parecía bastante divertido de la situación.

—————
En un futuro no muy lejano las actualizaciones no serán tan lentas. 💜

Flower Brothers | el hermano de mi novio jjk❁kth Where stories live. Discover now