Capitulo 29

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- ¡La verdad ha sido revelada! - oí a lo lejos - ¡todos moriremos esta noche! ¡arrepientanse! - maldición. Gritos de miedo se escuchaban a lo lejos, con rapidez comencé a buscar el origen de el ruido.

Corrí guiándome por el gran bullicio. Doble en la esquina y mi corazón se detuvo al ver la escena. Un grupo de personas rebasando los 30 estaban destruyendo todo a su paso. Los vidrios de ventanas rompiéndose y los gritos de terror de las personas que se encontraban adentro tratando de protegerse me congeló la sangre. ¿Qué estan haciendo? bombas caseras eran lanzadas a las tiendas después de ser saqueadas y los atacantes gritaban de emoción cada vez que veían una nueva tienda incendiarse.

- ¡Tal vez Dios nos perdoné si hacemos un sacrificio! - la voz provenía de un tipo sobre la parte trasera de una camioneta. Tenía un altavoz. Parecía que él era el lider ya que todos se emocionaron al escucharlo decir esas palabras - ¡Un sacrificio de una mujer pura! ¡debemos de enviar lo mejor que podamos! 

Las personas que eran sacadas de  las tiendas antes de ser incendiadas eran amontonadas en un, ahora ya grande circulo donde todos los vándalos los rodeaban. La mayoría de los saqueadores tenía un arma, ya fuera un cuchillo, martillo, pistola o hasta escopetas. Algunos pocos tenían armas caseras, improvisadas en el acto pero no por ello menos peligrosas. 

La vista del tipo del altavoz comenzó a recorrer todo el lugar y se detuvo sobre una joven que se encontraba en el suelo tratando de arrastrarse lejos de todos.

- Ella - señaló a la chica y dos hombres fornidos se acercaron para llevarla ante el alborotador. - Tú eres la elegida para salvarnos de la destrucción - El tipo bajó de la camioneta de un salto y jalo el cabello de la chica hacia atrás dejando a la vista su rostro. No, no, no.

Dejó el altavoz en el suelo y tomó un cuchillo que llevaba uno de los tipos fornidos. Jalo con más fuerza su cabello haciendo que dejará su cuello al descubierto y colocó el cuchillo en el. 

- ¡Noooooo! - el gritó quemó mi garganta. Al instante todos miraron en mi dirección y el rostro de Rebeca mostró aún más preocupación - ¡alto! 

- ¿Qué tenemos aquí? - la voz rasposa de el encapuchado me provocó escalofríos - ¿acaso quieres ser la afortunada con este gran honor tú también? - todos alrededor empezaron a aplaudir y celebrar

Un tipo con una escopeta en manos comenzó a aproximarse a mi, retrocedí unos pasos congelada por el miedo. El sujeto levantó el arma y lo estampo en mi rostro, perdí el equilibrio y por unos instantes me mantuve aturdida en el suelo. Con una mano trató de levantarme de el suelo pero le fue imposible ya que no coopere y no podía utilizar sus dos manos por la escopeta. Sentí liquido caliente correr por mi mejilla y dirigí mi mano a mi pómulo donde me había golpeado. Mis dedos quedaron llenos de sangre y fue entonces que reaccioné. El tipo volvió a tratar de levantarme pero antes de que pudieron volver a poner una de sus manos sobre mi, levante mi pie y con todas las fuerzas posibles le di un gran golpe en la entrepierna, él al instante dejo caer la escopeta y comenzó a retorcerse en el suelo.

Con rapidez levante la pesada escopeta y la apunte a los tipos que habían empezado a acercarse. 

- Sueltenla - les ordene, los dos hombres soltaron a Rebeca que corrió rápidamente hacia mi y se colocó a mis espaldas protegiéndose - ¿enloquecieron? ¿esta es su jodida forma de tratar de salvar al mundo? ¡podrían dejar de ser tan estúpidos y primitivos! ¡Sí. un jodido planeta chocara contra la tierra dentro de unas horas! ¿y qué? llevó días consciente de eso y no me he vuelto loca, ni mucho menos comence a atacar gente. - comencé a hablar lo más alto que podía - ¿una adolescente pude lidiar mejor con esto que unos adultos? siento lastima de ustedes. 

El encapuchado comenzó a mover su mano lentamente hacia uno de los locos que se encontraba a su lado. Observé lo que quería alcanzar; una pistola. 

- ¡Oye idiota! si te atreves si quiera a acercarte un centímetro más a esa pistola te juro que te disparare en una de tus dos cabezas - apunté a su entrepierna - Es más. Todos pónganse de rodillas lentamente y levanten sus manos sobre sus cabezas - todos comenzaron a darse miradas entre ellos - ¡ahora! - dispare a un anunció arriba de una de las tiendas y volví a recargar. El retroceso de la escopeta casi me tumba pero me recupere lo más rápido que puede.
Al instante todos me hicieron caso. ¿quién diría que las películas de acción me salvarían la vida? - no podemos impedir que ese planeta nos quite la vida, pero no permitamos que nos quite nuestra humanidad. Todos tenemos la opción de morir haciendo por última vez lo que más queremos. No desechen la oportunidad de morir con dignidad y sobretodo; como los seres humanos que somos. Ahora lo que va a suceder es lo siguiente: Tal vez muchos de ustedes van a querer seguir haciendo sus destrozos y haciendo las cosas primitivas que hacían. Entonces, los que esten arrepentidos y avergonzados de su estúpido comportamiento pueden irse... y claro que si, también los rehenes - al instante las personas que se encontraban aprisionadas comenzaron a correr alejándose de sus atacantes. La mayoría de los atacantes se levantaron de el suelo y dejaron caer sus armas cuando pasaban a unos metros de mi.

Al final sólo quedaron cuatro hombres y el encapuchado, dos de ellos fueron los que sujetaron a Rebeca. Tomaron su decisión.

- Morirán como la basura que son - les escupí con asco. Nos comenzamos a alejar sin darles la espalda y yo mantenía la escopeta en alto. Cuando la pared de la esquina nos cubría finalmente solté el arma y sujeté la mano de Rebeca para correr lo más lejos de ese lugar.

- Gracias - me abrazó después de que nos detuvimos tres cuadras lejos de el centro. - de verdad, muchas gracias. de no haber sido por ti ahora mismo yo estaría... 

- shhhh, pero no lo estas - se separó de mi dejando ver su rostro llenó de lágrimas 

- ¿Es cierto que el planeta chocara con nosotros? - preguntó asustada

- Así es - confesé - pero puedes decidir dónde y con quien quieres hacerlo. - después de unos segundos comence a despedirme - debo irme, lo siento... alguien me espera en casa - el rostro de Mateo llegó a mi mente y sonreí un poco 

- De nuevo gracias. Espero encontrarte en otra vida si es que la hay - dijo volviendo a darme un corto abrazo 

- Lo mismo digo. Hasta pronto.

Comencé a alejarme dejando a mi mejor amigas atrás. Por lo menos tuve la oportunidad de despedirme de ella.

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now