capítulo 1

623 45 24
                                    

Que vida tan mierda me ha tocado. Todo va mal, hasta respirar me sale mal.

Volví ha entrar al chat de Alan, todo sigue igual. Solo las dos putas palomitas azules.
De acuerdo, no es el fin del mundo solo dejó en visto a tu mensaje dónde le dices que te gusta más que cómo un amigo, nada tan importante.
Traté de tranquilizarme.

Pero rayos, ¿tan mal me expresé?, ¿fuí muy directa? ¿qué hice mal?... Nacer, al parecer.
En menos de dos horas he pasado por tantas fases: Tristeza, desesperación, frustración, odio, tristeza nuevamente, me he burlado de mi y de nuevo frustración.
Necesito dejar de pensar en esto pero no puedo, le dije que me gustaba lo mínimo que esperaba era un "ahorita no joven" pero no recibí ni eso siquiera.

Ahora nuestra amistad quedará arruinada, todo por mi estúpida declaración prematura. Pero es que me gusta desde que tengo 10 años y no podía reprimirlo más tiempo... Pero creó que debí hacerlo por el bien de mi dignidad y por nuestra amistad.

¡Pero si soy una estúpida! Claro que él solo me ve como una amiga, si no fuera así ahora mismo estaría fuera de mi casa pidiéndome que fuera su novia. Supongo que lo arruiné, nada volverá a ser igual con él y todo por mis inútiles sentimientos. ¿Será muy tarde para fingir que es una broma?

___

3 De marzo

Una semana después de mi declaración fallida, salir de mi casa para tratar de encontrarlo se ha convertido en mi rutina, esto lo comienzo a sentir como una obsesión. Pero creo que lo estoy llevando con calma, hay personas más intensas que yo y eso es lo que me mantiene un poco optimista.

Ahora mismo me encuentro en una fiesta, el alcohol es mi compañía y la razón por la cuál tomo aún no logró localizarlo. Solo necesito verlo al menos unos segundos, eso tranquilizara un poco estás ansias de estar a su lado, aunque revolverá mis sentimientos como una licuadora.

Cuando mis ojos finalmente lograron encontrarlo mi respiración se detuvo por unos segundos y en mi estómago una jauría de perros rabiosos empezó a devorarme internamente... Al menos así lo sentí. Con firmeza bebí lo más rápido que puede la cerveza que tenía en mi mano, me armé de valor y me comencé acercar. Cuando estaba a unos pequeños metros de distancia empecé a dudar. ¿Y si mejor me voy y mantengo mi dignidad? todavía no me ha visto podría huir aún.
Pero la decisión no la tomé yo si no todo el alcohol que había ingerido ya.

- ¡Holaaa! - saludé energéticamente llamando su atención.

- Hey - contestó sin despegar la vista de su celular.

Esperé unos segundos más pensando que diría algo pero solo hubo silencio, así que más rápida que flash me di la vuelta y me aleje de él.
Con dificultad salí del montón de gente y regrese a la cocina donde conseguí otra cerveza. Eso no había salido tan mal, por lo menos no dije nada más que "Hola" y eso está bien para mi, así no estropeó nada más con mi bocota.

Solté un suspiro cansado, creo que es hora de irme, llevo demasiadas cervezas y si llegó a beber más no podré regresar a casa por mi propia cuenta.
Tome lo último que había en la lata que tenía en la mano y comencé a caminar a la salida.

Las personas eran más y la música rebasaba los niveles que podían soportar mis oídos. Apresuré mi paso y al estar finalmente fuera de la casa respire con tranquilidad.
Justo cuando creí que eso había sido todo y que había salido sana y salva las cosas cambiaron drásticamente. Alan se encontraba sentado en los escalones frente a mi, solo y yo aún no era tan dueña de mis acciones, así que nuevamente cuando me di cuenta ya estaba sentandome a su lado.

- Hola de nuevo - saludé tratando de llamar su atención pero solo conseguí una breve mirada.

- Hola - contestó y se quedó viendo a la nada en silencio.

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now