Capítulo 8

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¿Cómo puede ser eso posible? ¿Mateo también cambio de dimensión? Una mejor pregunta; ¿Ese es el Mateo de mi dimensión? Son tantas preguntas y ni una respuesta, tengo que hacer algo para conseguirlas.

- ¿Estás bien Emily? - La voz de Alan me saco de mi pequeño trance

- Si, claro que sí solo que el helado me quema un poco la piel.

- ¿El qué?

Mierda, mierda lo olvidé

- El licado, cariño me quema la piel

- oh, cierto creí haber escuchado otra palabra. Déjame ayudarte a limpiarte.

Volvio a entrar al establecimiento y regreso con una servilletas de papel, la mancha amarilla no se quitó pero al menos el frío del hielo ya no me molestaba.

La luz de el sol comenzó a desaparecer, lo pájaros volaban tranquilamente de vuelta a sus nidos, las nubes en el cielo anunciaban una gran lluvia y el frío viento revolvía mi cabello mientras el de Alan solo se agitaban levemente.

- Creo que lloverá pronto, debería ir a dejarte a tu casa de una vez

- De acuerdo, hay que irnos

Sujete su mano y comenzamos a caminar. No habíamos avanzado ni dos metros cuando una gota de agua cayo en mi brazo. ¡No puede ser! No es una lluvia normal de las que he visto cientos de veces en mi mundo, no. La gotas de agua parecen ser de oro, ¡prácticamente pareciera que está lloviendo oro! Pero no es todo, después de unos segundos de estar en mi brazo el color dorado desapareció y se transformó en agua normal. ¡Esto es simplemente mágico!
Después de la primera gota comenzaron a caer más, una detrás de otra sin parar, el paisaje era mágico. Cuando las gotas caían en las hojas de los árboles Lucian hermosos con las motas color oro. Cuando una gota recuperaba su color natural otra la reemplazaba.

Sentí como Alan tiraba de mi brazo tratando que fuera más rápido pero en su lugar me detuve, él volteo a verme confundido y lo único que hice fue sonreír. Estábamos completamente empapados de lluvia dorada, estaba con el chico que me gusta que ahora es mi novio y mi familia es la mejor, no puedo hacer nada más que gozar al máximo momentos como este.

Me solté de su mano y corrí lo más rápido que puede al charco más hondo que encontré, comencé a brincar y a reír como loca. Después de unos segundos saltando me di cuenta que Alan estaba a mi lado cuando sujetó mi mano. Le salpique agua y él a mí. De un momento a otro resbale y Alan tratando de sujetarme resbaló también callendo arriba de mi y a pesar de eso no dejamos de reír solo hasta cuándo junto sus labios con los míos. Todo en mi interior se sacudió, parecía que había un  terremoto en mi. Al separarse nos quedamos un rato viéndonos a los ojos. La escena debe de ser épica, una pareja en el suelo cubriéndose de lluvia dorada y viéndose a los ojos mientras sonríen como tontos.

- Vamos a mi casa para secarnos o nos enfermaremos.

Se puso de pie y me ayudó a levantarme.

- Te sigo - respondí aún con mi sonrisa

la lluvia disminuyó con los minutos, no creí ver alguna vez algo así. Ni siquiera me cruzó por la mente que fuera posible algo así. 

Lo mágico y placentero del momento fue reemplazado por el frio, mi cuerpo comenzaba a entumirce y a temblar. Alan parecía tan acostumbrado al frio. Un estornudo repentino hizo que pusiera toda su atención en mi. Me jalo del brazo y me acerco a él, continuamos caminando mientras su brazo me envolvía.

- ya estamos cerca.

- ¿Alan? - la voz de una chica nos hizo detenernos 

sentí como el cuerpo de Alan se tensaba un poco. La chica sonreía con cierta emoción.

-¡Summer! - se separó de mi y se acercó rápidamente a saludarla. Ella estaba igual de empapada que nosotros, no sé si se veía así de palida por el frio o ese era su tono de piel. Su cabello rojizo se pegaba en su rostro y su delgado vestido mojado transparentaba su ropa interior. 

Llamenlo caballerosidad o como gusten pero en menos de 5 segundos Alan ya se había quitado su chaqueta y la había colocado en los hombros de "Summer". Ella le sonrió agradecida y no fue hasta que volví a estornudar que los dos me notaron de nuevo. 

- Cierto - casi como si me hubiera olvidado - Summer ella es Emily. Emily ella es Summer... una amiga 

Asísi que ahora solo soy Emily.

- Hola, encantada de conocerte Emily. - estiró su mano en forma de saludo 

- Igualmente, encantada de conocerte - tomé su mano y sonreí por mera educación.

- Que linda tu hermana - se dirijo a Alan y antes de que yo pudiera decir algo él cambio de tema y me olvidaron nuevamente.

- ¿Qué haces fuera de tú casa con este clima? - cuestionó sumamente preocupado mi querido novio

- Iba a mi casa pero perdí el tren así que decidí caminar, pero comenzó la lluvia 

- Que mala suerte. Si quieres yo te puedo acompañar, ya casi anochece y no es seguro que andes a estas horas sola con ese vestido y toda empapada. 

 - Muchas gracias pero no quiero molestarte. - un delicado color rosa apareció en sus mejillas

- No me molestas, por el contrario sirve y terminamos la plática de el otro día

- Bueno, bueno esta bien - aceptó claramente feliz

Mientras ellos platicábamos básicamente yo me encontraba parada atrás de Alan sin opinar y sin ser notada.

- oh, Emily - ¿finalmente te acuerdas de mi? - ¿Me esperas en mi casa? ire rápido a dejarla y después te acompaño ¿de acuerdo?. La llave esta donde siempre - se acerco a mi y besó mi mejilla. Sin esperar respuesta los dos comenzaron a caminar, no despegue la vista de ellos hasta que doblaron en la esquina y los perdí. 

¿Que carajos?... 

Avancé una cuadra completamente incrédula. Acompaño a su amiga por que era peligroso que se fuera sola, ¡pero me dejo sola a mi! ¿es más importante su amiga que yo? maldición, se supone que yo soy su novia. 

¿Y como se supone que llegue a su casa? ¿dónde jodidos es "dónde siempre"? ¡al diablo! 

Saque mi celular y puse la direccion de mi casa en ¿google walking? y emprendí camino.

Todo estaba bien pero esa tal Summer llego arruinar todo. 

La noche se hizo presente y el frío que deje de sentir por un rato por el enojó volvió de nuevo y con mas intensidad. "No es seguro que andes a estas hora sola", pudo haber dicho que los dos la acompañaramos, o simplemente puedo tomar un jodido taxi. 

Las estrellas y la luna eran mi única compañía, la soledad de las calles eran impresionante.

De pronto el silencio fue interrumpido por unas pisadas detrás mío. Un escalofrío hizo que me encogiera y automáticamente camine más rápido. 

Con miedo miré hacia atrás y mi cuerpo se relajo instantáneamente.

- hey, Emily. espera. 

- Mateo - suspire aliviada 

- ¿Quéue haces sola a estas hora? es muy peligros 

- Lo sé, pero a mi novio le salió un asunto más importante - murmuré con enojo evidente 

- en ese caso, te acompaño. De todas formas tú casa queda de paso por la mía 

- De acuerdo, te lo agradezco - sirve y puedo resolver alguna de mis preguntas

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now