Capitulo 28

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"en otras noticias el gran planeta 98 esta cada vez más cerca de nosotros, regalándonos un gran espectáculo nunca antes visto. Este fenómeno durara sólo unas cuantas horas más y después continuará su curso normal. ¡No hay de que preocuparse! ¡sólo disfrute y trate de tomarse las mejores fotos con este gran fenómeno para sus redes sociales!. Qué tenga un productivo día, les dejamos ahora con esta hermosa canción para que comience su tarde con el pie correcto" 

Abrí los ojos y me encontre con Mateo sentado en la esquina de mi habitación con una radio en sus manos, estaba tan concentrado con la voz del locutor que se sobresalto cuando lo saludé.

- No lo saben, Emily. Los llenaron de mentiras - dijo con notable molestia.

- según tengo entendido estan evitando que las personas entren en pánico, quieren tener controlada la situación... 

- ¿controlada la situación? es una locura, todos morirán. Por lo menos deberían de estar concientes de eso.

- Mateo, es mejor que no lo sepan. Así tendrán un muerte tranquila y no llena de pánico - traté de tranquilizarlo - o al menos eso quiero pensar - susurré. 

- Por cierto, tú madre salió hace rato. Quería que te dijera que te ama demasiado y que sin importar nada siempre estará orgullosa de ti - en automático sonreí - ¿qué sucedió anoche? 

- la liberé, sé que no es mi madre pero es madre y yo tengo el rostro de su hija. Lo mínimo que podía hacer era quitarle ese peso de encima. Se fue al igual que papá, supongo que también Rebeca - le comenté mientras salia de la cama - ¿Quieres ir a despedirte de tus padres? bueno, de tus no padres... 

- Ya lo hice - volvió su vista a la radio - por eso estoy molesto con esto, no pude decirles lo que sucederá. Se me hace injusto que nadie sepa que es la última vez que tendrán un día normal, ¡que tendrán un día!.

- El peso de esta verdad es muy grande, pero recuerda que no lo estas cargando solo. Aquí estoy contigo, ¿De acuerdo? 

- De acuerdo - me regaló un de sus hermosas sonrisas - ¿Estaremos juntos esta noche? 

- Sólo si tú quieres - me senté en el suelo frente a él 

- En ese caso, estaremos aquí. - sacó una bolsa de papel y me la dio - pasé por una hamburguesa 

- Es muy temprano como para hamburguesas ¿no crees? - le dije mientras le daba una gran mordida a la hamburguesa doble.

- Es el fin del mundo, no hay hora incorrecta para una hamburguesa 

- Salud por eso - alcé un poco mi manjar - ¿qué hora es? - pregunté después de un rato

- Son las doce y media - dijo burlón 

- ¿Qué? ¿tanto dormí? - pregunté sorprendida 

- salí en la mañana después de que tu madre vino, traté de despertarte pero me mandaste al diablo y te cubriste con la cobija. Supuse que lo mejor era dejarte dormir hasta que quisieras. 

- Soy tan perezosa - reí - pero es el fin del mundo y no hay hora incorrecta para hacer cualquier cosa.  - me levante y me acerqué a la puerta que daba al balcón y la abrí.

mi piel se erizó y mis piernas flaquearon por unos segundos. Es fantásticamente aterrador. Es como si en el cielo hubiera dos soles, se ven casi del mismo tamaño la única diferencia es que el sol no se esta acercando con cada segundo que pasa para destruirnos. 

Sentí como Mateo me abrazaba por la espalda recargando su barbilla en mi hombro.

- Tengo miedo - confesé sin poder despegar la mirada de nuestra destrucción.

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now