Ni en mis peores pesadillas

2.1K 76 0
                                    

-Tenía ganas de verte pesadilla.

Todas tenemos ese tipo de amistades que podemos insultarnos que sabemos que detrás de eso hay cariño. Puede que parezca una tontería pero me puede llamar perra que no me ofendería. Ese tipo de amistades, son las mejores

-Anda, pero si habrás estado con Sean y no te habrás acordado casi de mi

-Vale, lo admito tienes razón, solo quería quedar bien.

-Pues en compensación me invitas a comer.

-¿Qué? Pensé que invitarías tú ya que me has echado tanto de menos

-Pues no y venga, vámonos.

Íbamos por la calle despreocupadas por completo. Por un momento me recordó a las tardes en nuestra vieja ciudad. No era demasiado grande, todos conocían a todos pero Lucy y yo las liábamos como podíamos. Hubo un amigo que un día no me quiso llevar en moto asi que le cogimos las llaves y nos fuimos en su moto (sé conducir pero no tengo carnet, tampoco nos iba a matar). Luego tuvimos que volver andando un poco... nos quedamos sin gasolina. Pero después de eso aprendió que era mejor llevarme él mismo.

Entramos a comer al primer bar que encontramos porque me moría de hambre, hubiera sido capaz de morder a cualquiera si hubiera sido necesario. Pedimos una pizza grande para compartir. La engullimos en un abrir y cerrar de ojos, tal empachada cogimos que nos tuvimos que ir a dar un paseo para intentar bajar aquella animalada.

-Se me hace raro que tengas novio

-Aún no me acostumbro. Es extraño

-Parece que la alocada Mel está madurando

-¿Qué dices? No estoy madurando, no ha cambiado nada.

-Sí ahora el único espírutu libre que queda soy yo.

-No seas boba, soy completamente libre

-Sabes que no. Echo de menos como éramos de antes

Pasamos al lado de un Lupa y una idea surgió en mi mente. En realidad era una chorrada, una gran chorrada, como una casa de grande. Pero podía resultar muy divertido y solo tenía ganas de pasarlo bien.

-¿Tienes una moneda suelta?

-Pues sí.

-Dámela

-¿Para qué?

-Dámela y calla anda.

Fui a por el carro y cuando lo llevé su cara fue un auténtico poema.

-Espero que le hayas cogido para que me siente porque si no lo llevas claro.

-Sabes que yo te cuido, sube.

Ella se subió pero no podía dejar de reírse ni yo tampoco. Usaba el carro a modo patín, empujaba con el pie para coger impulso y luego me subía en las ruedas trasera del carro. Lucy habilmente puso música y a los segundo las dos estábamos cantando a grito pelado todas las canciones de su móvil.

Algunos coches nos pitaban, algunas personas nos miraban atónitas y algunos señores mayores nos ponían verdes empezando por ese mítico ''Esta juventud de hoy en día...'' Pero nos daba igual solo disfrutábamos de la felicidad que sentíamos en aquél carro que parecía que fuera un mundo apartado del resto.

Lo malo vino cuando me ví inspirada y en una colina decidí bajar con el carro por el prado en vez de seguir por la acera. Creo que podeís imaginar la hostia que pegamos. Ójala alguien lo hubiera grabado para vídeos de primera o algo así. Al menos hubiera valido para algo.

Nunca seré tu princesaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon