Nunca seré tu princesa

Hermano en problemas

Sin nada más en mi mente salí de mi casa y fui a la de Sean. Tenía ganas de verlo, puede que incluso mejor que ganas fuera necesidad.

Cuando llegué a casa de Sean no tenía muy claro lo que era mejor si llamar a su piso o llamarle al móvil para que bajara. Finalmente decidí llamarle al móvil.

-Hola Mel, echaba ya de menos oír tu voz.

-¿Solo echas de menos mi voz?

-En realidad echo de menos todo. Desde tu manera de mirarme hasta tu horrible manía de morderte las uñas.

- Te ha quedado bonito y todo

-Me he levantado romántico, soy demasiado cursi por tu culpa

-En realidad yo te conocí así.

Él rió al otro lado del teléfono.

-Vale tú ganas.

-¿Qué haces hoy?

-Aburrirme en casa. No están mis padres y paso de quedar con mis amigos hoy.

-Pues entonces ven a verme anda.

-Si estuvieras más cerca...

-Estoy en tu portal Sean.

-¿Me vacilas?

-Para nada, baja.

No me dio tiempo ni a mirar la hora en el móvil cuando él ya estaba abajo. Me miró con una gran sonrisa, movió una de sus manos de mi cadera a la espalda y la otra acariciaba mis mejillas, luego junto sus labios a los míos y al fin sentí esa sensación que tanto echaba de menos.

Solo él conseguía que me sintiera así.

Más tarde se apartó un poco de mi pero no dejó de sonreír.

-Tenía ganas de verte ya de una vez

-Y yo. Por eso estoy aquí.

-La próxima vez iré contigo. No pienso estar tanto separado de ti.

-En realidad no haría falta irme. Ellos pueden venir y sabes que me fui para no estar sola.

-Lo sé y lo siento.

-Venga bobo. Te invito a cenar.

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Las vacaciones pasaron y ya hemos vuelto a clases. Lucy volvió pero no es como siempre, sé por lo que es pero aún no me ha dicho nada.

Raúl me trajo a casa a mi perro pero esa noche estaba más distante que nunca

Con Sean todo iba sobre ruedas. Estaba enamorada aunque tampoco quería que se notara demasiado, me seguía pareciendo peligroso que la persona con el poder de hacerme la más feliz pudiera también destruirme.

Era por la tarde y yo estaba estudiando porque no había quedado con Sean.

Lucy llamó a mi puerta.

-Mel, ¿vamos a dar una vuelta?

-Sí, por favor. Esto acabará conmigo si me quedo.

Salimos del piso y empezamos a hablar con la confianza que parecía que en algún momento algo hizo que perdiéramos. Volvía a ser mi mejor amiga, la Lucy que conocía.

-Mel hay algo de lo que no te he hablado y quería hacerlo.- Sabía por donde iba pero algo en mi esperaba que fuera cualquier otra cosa a eso "No lo digas, no lo digas" pensé mientras me miraba.- Tengo novio.

-Jope pues me alegro.

"Serás mala, falsa y perra" me dije mientras fingía una sonparece.

-Es Raúl.