- Sí, sí esta bien. Adiós - me despedí nuevamente.

Abrí la puerta trasera y me subí, Orlando se apresuró y la cerró antes de que yo pudiera hacerlo. Se subió en el asiento del conductor y encendio el auto. Y así comenzó mi día, ahora debo convencerlo de llevarme al parque en lugar de a la escuela

- Disculpa - hablé demasiado bajo como para llamar su atención, así que me aclare la garganta - necesito que hagamos una parada antes de ir a la escuela - Orlando me miró por el espejo - sera rápido - sonreí tratando de verme relajada. 

- ¿A dónde la llevo? - preguntó después de unos segundos de pensarlo

- Al parque - no preguntes a cuál, por favor. 

- ¿Al de siempre? - ¿así de fácil? 

- Sí, al de siempre - fingí seguridad, esperó que sea el que yo quiero.

Nerviosa comence a jugar con la tela de mi falda arrugandola un poco. El auto finalmente se detuvo. Observe el parque y me relajé. Es exactamente igual al anterior, lleno de vida y hermoso. Me bajé del auto y me encontré con el lugar medio vacío, la mayoría de las personas que acuden aquí deben de estar en la escuela o en el trabajo. Con la mirada busqué a Mateo y lo miré caminando sobre la acera, miraba con inquietud hacia el parque.

Por favor que sea mi Mateo, por favor. Cuando su mirada choco con la mía aceleró sus pasos, lo ví con intenciones de abrazarme pero estando frente a mi se detuvo de golpe. Me recorrió con la mirada y me vio confundido.

- ¿Yo soy inevitable? - dijo finalmente y sonreí como estúpida.

- Y yo soy IronMan - salté a sus brazos mientras reía. Me separe de él, estaba igual de feliz que yo. 

- maldición, nos volvimos a joder - dijo entre risas - este lugar es una locura 

- ¡Lo se! aquí soy millonaria - su sonrisa se agrandó mas 

- ¡Yo igual! y lo mejor es que mis padres estan juntos, me aman a mi y mi hermano por igual.

- ¿¡No!? ¿está vivo aquí? - pregunté emocionada. No convivi mucho con su hermano, Logan. Solo una o dos veces que recuerdo a la perfección, pero no se merecía lo que le sucedió en el mundo anterior, definitiva no.

- Así es, el único problema es que al parecer no nos llevamos bien, pero eso no me importa tanto mientras esté vivo.

- ¿Universo perfecto? 

- No, Emily. 

- No hay universo perfecto - cité sus palabras 

- Pero este se acerca demasiado a la perfección - confesó

El claxon de mi hermoso auto nos hizo voltear. Orlando nos hacía señas de que nos diéramos prisa.

- Vamos, te llevo a la escuela - le propuse

- Esta bien, solo deja le avisó a mi chofer - se río - nunca creo decir eso 

- Te veo en el auto - le di un guiño

Caminé hasta la camioneta y me recargue en ella, Orlando se acomodo en su lugar mientras yo esperaba a Mateo que se acercaba corriendo. No había notado la ropa que llevaba; un pantalón negro y una camisa de manga larga, su corbata la llevaba desamarrada colgando a los lados de su cuello y sostenía en sus manos un saco negro con bordes dorados. 

Le abrí la puerta he hice una pequeña reverencia, el río imitando mi acción.

Mateo me hizo unas señas extrañas, supongo que preguntaba por Orlando en el asiento de enfrente. No creo que la haya pasado muy bien con él en el universo anterior. Esperó no guardé rencor.

Estando dentro del auto nos abrochamos los cinturones y Orlando comenzó a manejar.

- En algún momento tendrán que decirles a sus padres sobre su relación - habló Orlando sin despegar la vista del camino. Mateo y yo nos miramos a ver confundidos. 

- ¿Disculpa? 

- No se lo podrán ocultar por mucho tiempo más, comienzan a sospechar. Si quieren seguirse viendo a escondidas esta bien, cuentan con mi apoyó pero deben de fingir mejor en la escuela. Por lo que escuché hay un infiltrado que le pasa la información a sus padres. Emily, debes fingir mejor con tú futuro prometido o todos estaremos en problemas. - detuvo el auto - ahora entren, paso por ti al parque como siempre. Que tengan un buen día. - finalizó

Bajamos del auto más confundidos que nunca, Orlando nos dejo al parecer en la puerta trasera de la escuela. Sin mirarnos si quiera los dos nos sentamos en la acera.

- ¿Futuro prometido? - rompí el silencio - ¿esta es una esas veces donde los padres arreglan matrimonios y nos les interesa la opinión de sus hijos? 

- Somos pareja - susurro Mateo viendo al suelo 

- ¿Estás bien con eso? - pregunté 

- Sí, sí solo que es raro. Lo siento - se disculpó 

- No importa. Ahora mi duda es; ¿Quién es mi futuro prometido? 

- Déjame pensar... ¿no lo sé? ¿quizá Alan? - dijo con obviedad

- Eso sería un gran cliché, no lo creó. 

- ¡oh gran amor mío! ¿qué haces con el enemigo? - la voz de Alan nos hizo girar al mismo tiempo, Mateo me dió una mirada y supe al instante lo que me quiso decir; "Ves, te lo dije" 

- ¿Es en serio? - pregunté frustrada.

- Su tiempo se acabó tortolitos, andando - estiró su mano hacia mi y dudosa la tomé, me ayudó a levantarme y cuando estuve apunto de soltar su mano el la entrelazó con la mía. - el show tiene que comenzar 

- Nos vemos en la salida - le grite a lo lejos a Mateo cuando Alan comenzó a arrastrarme dentro de la escuela. 

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now