VORÁGINE

3.1K 319 44
                                    

"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir."

Marcel Proust


El sonido de mis tacones resuenan en la elegante estancia mientras camino hasta el escritorio de la secretaria de James. Ella no me agrada mucho y estoy segura que yo a ella tampoco, siempre suele hacer una mueca cuando me ve. Me sorprende un poco que ella no esta porque ya paso su hora de almuerzo. Camino directo hasta la oficina de James, de todas formas se supone que él me esta esperando. Cuando abro la enorme puerta plateada veo a mi futuro esposo y padre del bebé que crece en mi vientre con la camisa abierta frente a su secretaria.

-James, eres una persona muy inteligente, así que piensa bien lo siguiente que vas a decir o bien en cinco minutos podrías estar entre mis piernas o en cinco minutos yo podría cortar lo que cuelga entre las tuyas.

Él se gira y luce tranquilo pero la mujer a su lado me mira con una sonrisa. Perra. Me cruzo de brazos.

-¿Y bien?

-Puedo explicarlo-me dice él.

Le hago una seña a la secretaría para que salga y ella mira a James antes de hacer lo que le pido. Es obvio que le gusta James.

-No es lo que piensas-me dice él.

-Sé que no me engañaste y también sé que no lo harías.

Le digo mientras empiezo a caminar dentro de su oficina.

-¿Cómo estás tan segura?

Me paro delante de él y pongo mis manos en su pecho. Acaricio su pecho y juego con su corbata azul mientras hablo.

-Porqué me amas, tanto como yo a ti y por ese amor tan grande que me tienes jamás podrías lastimarme. Lo sé porqué yo no podría hacerlo, jamás dañaría lo nuestro por sexo de un momento, jamás dañaría lo nuestro por nada, nada es más importante para mí que nuestra relación. ¿Es muy cursi?

Levanto la cabeza y nuestras miradas se encuentran. Él me sonríe.

-Es perfecto-me dice antes de darme un beso.

Golpeo su pecho de forma suave.

-Hablo en serio, James, nunca haría nada para lastimarte, eres mi mejor amigo ¿Cómo podría lastimar a mi mejor amigo?

Jamás me podría perdonar lastimarlo. Ver que él sufre por mi culpa.

-¿Y bien? Cual es la explicación-le pregunto.

-La tinta de su pluma mancho mi camisa.

Me dice él mientras se termina de quitar la camisa para enseñarme la mancha azul. Lo veo caminar hasta donde tiene ropa de repuesto y no quiero pensar en la razón de eso. 

-Seria un buen momento para tener sexo en tu oficina-le digo.

Él me sonrió y se inclina para besarme mientras me levanta y me sienta en su escritorio.

-Te dije que sería buen momento, no que deberíamos hacerlo.

-¿Porqué no?

-Tenemos cita con mi ginecóloga y llegaremos tarde.

Me bajo de su escritorio y acomodo mi blusa. Empiezo a caminar hasta la puerta y él me dice que ya me alcanza. Cuando salgo veo a la secretaría mirando la puerta de soslayo. Camino hasta donde ella esta.

-Si vuelves a tocar a mi prometido, será lo último que tocarás en tu vida. ¿Entiendes?

Ella abre la boca para decir algo pero nada sale de sus labios y solo asiente con la cabeza. Sus rubios cabellos, obviamente oxigenados se mueven despacio.

-Me alegra que nos entendemos.

Le doy una ultima sonrisa antes de caminar hasta el ascensor para esperar a James. No sé porque le dije aquello, yo no soy una persona celosa, los celos son algo absurdo y solo demuestran la desconfianza en una relación. Me muerdo el labio mientras pienso en eso. No soy celosa, no son celos lo que siento, solo le di una pequeña advertencia. Cualquier mujer en mi situación lo haría.

-Bien, vamos-me dice James mientras sale de su oficina.

Tal vez le cuente más tarde a James la pequeña e inofensiva advertencia que le acabo de dar a su secretaria.

Cuando llegamos al consultorio de la ginecóloga no puedo evitar sentirme nerviosa, no entiendo la razón, pero no dejo de mover mi pierna mientras estamos sentados esperando nuestra cita. Incluso muerdo una de mis uñas, algo que solía hacer mucho cuando era niña y estaba nerviosa o asustada. James trata de calmarme pero le digo que estaré bien, solo quiero que esto termine.

-Pueden pasar-nos dice la secretaria con una enorme sonrisa.

Al mal tiempo, labios Rojos ✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz