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Salieron del lugar y pasearon un buen rato entre risas y chistes todos contados por Brian. Terminaron en el parque, donde él de alguna manera bastante disimulada logró que Roger le contara el motivo de su tristeza.

Lentamente entre sollozos y una que otra lágrima, el rubio le contó su pesar, le dijo que fue un sábado por la tarde le llegó un mensaje de un número desconocido diciendo que en la plaza se encontraba su novia siéndole infiel con su mejor amigo que hace mucho conocía. No le tomó tanta importancia al mensaje pero al sospechar que hace unos días, Dominique se encontraba más distante y siempre decía cualquier escusa para safarze del rubio. Decidió ir a tal lugar indicado para librarse de sus sospechas, que lastimosamente fueron verdad.

El rizado lo vió detenidamente, sorprendiéndose un poco, por lo general cuando una persona ve a un hombre o una mujer llorar no le encuentra lo atractivo, pero a él le sucedía algo diferente. Roger lloraba silenciosamente, sus lágrimas salían sin control, brillando por la luz de la luna combinando con el hermoso sonrojo que se le produjo en sus mejillas y nariz lo hacían ver tierno, temblaba un poco por el frío haciéndolo ver tan vulnerable.

Brian sentía ganas de abrazarlo, protegerlo de todo lo que le hiciera daño y para ajustar, cada vez que sollozaba, el suspiraba abriendo su rosácea boca haciéndolo ver como si estuviera gimiendo en silencio, simplemente una de las imágenes más eróticas que había visto en toda su vida se le hizo presente ¿Cómo un hombre puede llegar ser erótico con solo llorar?

Sus sollozos aumentaron un poco, para que fueran más audibles, advirtiéndo al rizado, con sus delicadas manos tomó los mechones de sus rubios cabellos y empezó a decirse cosas horribles, parecía fuera de sí el brillo de sus ojos había desaparecido.

-Soy horrible...soy una persona horrible, es más que obvio porque me dejó- Roger se lo repetía una y otra vez.
Brian no aguantó más verlo así de destruido. Ninguna persona merecía que lo terminaran así patéticamente y sobre todo si destruían su autoestima.

-Tu no eres horrible Roger, simplemente te equivocaste y escogiste unos ojos que no supieron admirarte- dijo Brian acercándose más al rubio

- Pero yo corrigiré ese error-

El rizado apartó las manos del rubio de su cabello y lo agarró firmemente de su nuca para que no lo interrumpiera y sin previo aviso lo tumbó en la banca. Roger se quedó desconcentrado y en shock, pues ese hombre apenas lo había conocido. En cuanto se dispuso a acercarse para devorar sus labios, por instinto puso sus manos en su pecho y trato de alejarlo.

-Creo que te estás confundiendo- reaccionó

-Lo siento, no debí presipitarme- sonrojado mostró una media sonrisa, pero es que no,nadie, nunca, jamás en su vida alguien le había negado aquel hombre, y al sentirse rechazado sintió un desmesurado enojo.
Al entrar al bar, el aspecto físico del menor lo atrapó, era algo que no sabía cómo describir...lo necesitaba.
Roger sintió otra vez esa incomodidad ya en este punto y buscó la manera de como salirse de esta situación.
Como si alguien hubiera leído sus pensamientos, justo en ese momento su teléfono vibró y sin esperar más contestó. Era Freddie, sintió un alivio profundo.

-Lo lamento, ya me tengo que ir- dijo el de ojos azules encontrándose con los de avellana.

Es que no, no se podía resistir ante esa mirada tan dulce.

-Oh, temo que alguien espera por ti, discúlpame por lo ocurrido no quiero
que pienses que soy un lanzado o algo así.

-No te preocupes ya pasó- Roger le dió una tímida sonrisa y se paró de la banca, se dispuso a caminar pero al dar el primer paso una mano lo agarró haciendolo girar de manera repentina.
-Espero que nos volvamos a ver- dijo el rizado colocándose frente al más pequeño.

Furtivo [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora