S•E•T•E•N•T•A •Y• SIETE

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Pasaron tres semanas en las que no vi a April, no la busqué porque me sentía herido.

Lo peor fue tener que explicar en casa qué había sucedido por mi moretón en la cara, cuando mi padre se enteró le dije la verdad.

Mis recuerdos tan vívidos como aquel día del accidente.

Así que después de eso, se reabrió el caso del accidente y ya que no era sencillo, tuve que testificar y ser parte de una nueva investigación con las pruebas que existían desde antes, sabíamos que no sería sencillo, pero tampoco nos íbamos a dar por vencido.

Mientras los días pasaban, el caso salió en las noticias de la ciudad así que en la universidad era difícil pasar desapercibido, pese a todo, pude con ello con tal de que se resolviera más rápido.

Entonces un día en el casino de la universidad, me senté en una de las mesas al aire libre mirando por los alrededores, disfrutando de la brisa tibia en pleno verano para beber mi refresco y escuché decir atrás de mí.

—¿Por qué te fuiste y me dejaste sola?

Miré hacia atrás y April estaba ahí de pie, con los brazos cruzados y molesta, fruncí la frente y levanté las cejas porque ahora sí que no entendía nada.

Miré hacia atrás y April estaba ahí de pie, con los brazos cruzados y molesta, fruncí la frente y levanté las cejas porque ahora sí que no entendía nada

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Entre palabras te hallé (I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora