S•E•T•E•N•T•A •Y• TRES

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Quise respetar su espacio pero hasta cierto grado, porque yo iba a demostrarle a April que no todos los hombres somos iguales.

Sé que suena como si me creyera el mejor, pero ¿cómo puede haber personas dispuestas a herir de alguna forma?, sobre todo cuando la otra persona es así de especial, como April.

Crucé todo el edificio de la universidad, hasta llegar al área de medicina, aunque fue con indicaciones de Sophie, porque me dijo que si ella "me la presentaba" April le reclamaría luego.

Después de buscarla la encontré cruzando el campus de la universidad hacia la salida, sonreí embobado con solo verla, seguía siendo esa chica que hacia explotar mi corazón, pero sentía que mis sentimientos estaban siendo más fuertes esta vez, porque habían madurado con el tiempo, como si de repente hubiera estado dormido mi corazón y ahora volvió a despertar.

Nuestro juego, nuestro amor de niños fue un conjunto de emociones que nacieron de la más pura inocencia, y esa necesidad de anhelarla siempre, nunca se acabó. La pequeña y de dulces pequitas estaba a unos metros de mi, aunque sentía que la quise desde siempre ya no lo hacía, ahora la amaba.

Solo a dos metros y me bajé de la moto, entonces un chico la llamó por su nombre, ella se volteó y se encogió de hombros como si sintiera pánico de solo verlo, él botó su colilla de cigarro y lo aplastó con el pie, luego le amenazo.

—¿Por qué te sigues escondiendo de mi April? 

—¿Por qué te sigues escondiendo de mi April? 

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Entre palabras te hallé (I y II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora