3

3.7K 543 275
                                    

Después de esa noche todo volvió a la normalidad, volvimos a alojarnos a nuestras respectivas habitaciones y la lluvia había cesado.

Solo había algo diferente, algo que desde aquella noche en la iglesia había adquirido costumbre.

hoseok y yo comenzamos a dormir juntos.

No todas las noches, solo en esas en la que él tenía miedo ya que, según él, los fantasmas tiraban de sus pies. Yo miles de veces aclaré que había sido solo una pequeña broma, que no habían fantasmas, que en realidad no existían.

Pero él se negaba a creer.

No me molestaba que durmiera a mi lado, bueno, para ser sincero al principio sí. pero él no dejaba de insistir, incluso llegando al punto de llorar por el miedo.

Yo reclamaba o emitía algún tipo de gruñido a cambio, ya que me despertaba, odiaba que insistiera tanto. Así que después de unas cuantas noches solo me hacía a un lado cuando sentía algún toque en mi espalda, siempre se trataba de él, así que no hacía falta voltear a mirar o preguntar. Siempre era hoseok.

Aún así, a pesar que durmieramos juntos con frecuencia. Yo trataba de mantener distancia con hoseok, estaba tan acostumbrado a pertenecer solo, que no veía la necesidad de tener a hoseok todo el tiempo a mi lado.

Pero como era de esperar, hoseok pensaba todo lo contrario. Muchas veces llegaba a la hora de almuerzo para sentarse a mi lado para hablar de cualquier cosa, yo solo comía en silencio mientras él no dejaba de hablar. También siempre iba tras de mí, a pesar de acelerar mis pasos, hoseok siempre me alcanzaba.

—yoongi— caminaba a mi lado, coordinando sus pasos con los míos —que conciencia, yo también me dirijo a la biblioteca— lo mire de reojo. El nunca se rendiría, quizás si se lo decía en ese momento me dejaría en paz una vez por todas

"Deberías dejar de seguirme mocoso, no me interesa intercambiar palabras con un chico tan pegoso como tu. Deberías respetar mi espacio y desaparecer"

Tras pensar en aquellas palabras, me perdí. para solo concentrarme en sus pequeños y redondos ojos, los cuales tenían un sutil brillo. Hoseok seguía hablando y caminando torpemente a mi lado. Yo solo miraba sus ojos, ya ni escuchaba sus palabras, solo me preguntaba a mi mismo ¿Hoseok es lo único que brilla en este lugar? ¿Cómo era posible brillar tanto?

Baje mi mirada a su sonrisa, la cual envidiaba sanamente. Tenía un pequeño lunar en sus labios que le daba un toque de realismo a su perfección.

Hoseok es armonía.

Ya no veía la necesidad de estar solo, hoseok no me molestaba. Él nunca lo hizo, nunca me molestó que durmiera a mi lado, que me siguiera a todas partes, que almorzara junto a mi.

Recuerdo haber sonreído. hoseok dejo de hablar para mirarme confundido. Yo no quite mi sonrisa, la cual no fue forzada, sino más bien, sincera. Hoseok se quedó pensando por un momento, pero luego acompañó mi sonrisa con la suya.


Ya era 24 de diciembre.

Hoseok y yo con encontrábamos en la habitación. Como no habían deberes trate de meditar como todos los días, imaginando cómo sería estar afuera pisando la nieve que cubría la acera.

hoseok se encontraba leyendo su libro de literatura. lo sabía ya que las únicas veces que se encontraba en silencio era porque leía.

abrí mis ojos y me estire de la pereza, me acomode en la cama para mirar a hoseok. Siempre cuando despertaba, él dejaba su libro a un lado para contarme sobre lo que había leído está vez.

Pero está vez no fue así. miré a hoseok y él estaba observando por la ventana que estaba en el respaldo de su cama, su libro estaba cerrado a un lado. A simple vista era él contemplando la nieve caer del oscuro cielo. Pero su mirada decía más que eso, sus ojos transmitían desilución.

—¿Tú crees que mamá me olvidó?— su pregunta me sacó de mis propios pensamientos y me dejó helado.

Las madres no olvidan a sus hijos, quizás no los quieran pero no los olvidan.

—ella debe estar pensando cada día en ti— me miró rápidamente con sus ojos cristalinos —ella vendrá hoseok, ella vendrá por ti, quizás solo se atrasó un poco

Eso era darle esperanzas, nunca debí haberlo hecho. Pero Hoseok me sonrió. Fue una sonrisa particular, porque esta vez sus ojos solo brillaban por las lágrimas.

—gracias yoongi— él cogió su libro para seguir con su lectura

Había una cualidad en hoseok. Él podía hacer sentir bien a las personas, transmitiendo su alegría fácilmente. pero a él nadie podía hacerle creer que todo mejoraría cuando pensaba en su madre.

Él sabía que las cosas no mejorarían y yo no quería mentirle. Después de esa navidad comencé a observar con más detalle a hoseok.

El estaba triste.

No era fácil notarlo, pero pude hacerlo. cuando lo miraba desde lejos mientras él jugaba con niños más pequeños para hacerlos reír y divertirse. podía ver que él, de vez en cuando dejaba de sonreír y se distraía con facilidad.

Comencé a conocer mejor a hoseok.

Entonces me puse en plan para hacer sentir bien a hoseok. primero le pedí ayuda para saber bailar, aunque no me interesaba sabía que a hoseok le encantaba mostrar sus pasos y más enseñarlos.

Todos los jueves y sábados hoseok se convertía en mí profesor de baile.

—desde hoy novato, me llamaras jung hoseok— esa fue su condición y yo la acepte

Al principio hoseok se hartaba por mi descoordinación y movimientos torpes, nunca creí que se lo tomaría tan en serio.

Aún así él tenía toda la paciencia del mundo y yo también por practicar los mismo pasos todos los días durante un mes.

así comenzó a avanzar el tiempo nuevamente, por lo menos para mí ya no avanzaba lento como antes.




My Hope ~•SOPE•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora