El hermano fuerte.

315 45 14
                                    

El libro frente a Gabriel voló más de cinco metros de un solo golpe espantando a los Winchester. Estaba agotado de leer, buscar y rebuscar sin el más mínimo éxito. Le dolía la cabeza aunque eso no fuera posible. El día se les había pasado entre libros y archivos, llamados y mensajes.

- Tranquilo, ya encontraremos algo. - Trato de aquietar Dean.

- Disculpa sino me puedo controlar al ver a mi hermano caer sin remedio.

- Solo digo que lo entiendo, es frustrante.

- ¿Entender? Tienes una idea de lo que es ver así a tu hermano, el que se supone que es el fuerte de la familia, el que soporta todas las balas sin pestañar, el que siempre estuvo aguantando sus sentimientos para limpiar lágrimas ajenas. No entiendes lo que es ser quien se supone que debe contenerlo y protegerlo, siendo un inútil. Porque ni siquiera eres realmente capaz de decir algo reconfortante cuando tu hermano te dice que le tiene miedo a sombras que ni siquiera están allí. Y cada maldito día que pasa es más humano y más débil y... Y yo no soy fuerte para sostenerlo, se siente como la mierda no poder ser el fuerte.

El cazador calló ante las lágrimas acumuladas del arcángel, porque sabía lo que era ver mal a un hermano pero...

- Lo entiendo. – Dijo Sam. – Dean siempre es el fuerte en las situaciones y muchas veces no sé cómo... estar para él cuando las cosas no van bien. – Sonrió al arcángel. – Yo te entiendo y he pasado por tu frustración, pero tienes que intentarlo al menos.

Gabriel suspiro con los ojos cerrados, recomponiéndose. Era duro, pero no había tiempo de lloriquear, el deterioro de su hermano no esperaría por él. No era tiempo de rendirse, no era tiempo ni de pensarlo.

- Lo intentare. – Declaro. – Lo siento, Dean.

- Estamos juntos en esto. – Chocaron puños el rubio y el arcángel. – Cas también es mi hermano.



Castiel se entretenía secando el cabello de Jack que recién salía de bañarse. El nephilim intentaba pasar el mayor tiempo posible con su padre, mucho más después de que Gabriel les contara de sus miedos. Distraerlo como fuese era casi una misión para el menor.

- ¿Cas?

- Dime

- ¿Podemos hacer un pastel?

- Haz comido pastel ayer, te hará daño.

- Pero Charlie dijo que vendría mañana. – Se lamentó. – Para felicitar a Sam.

- ¿Conoces a Charlie?

- No, pero Dean me habló de ella. – Sonrió.

Los ojos del joven se voltearon a ver al ángel, intentando poner su cara más dulce para convencerlo.

- Está bien. – Termino cediendo. – Ve a preparar las cosas en lo que yo guardo las toallas y acomodo el baño.

Jack obedeció enseguida, dejando a Cas solo en medio de la habitación. No está triste o asustado, estaba enojado. Esta situación comenzaba a disgustarle. Más y más gente venía de visita con la excusa del cumpleaños de Sam, pero estaba seguro que era solo eso, excusas. Venían a ver qué tan cuerdo había quedado después de seis meses de secuestro. Agradecía la preocupación, pero se sentía como un fenómeno de circo. El ángel sin alas que todos quieren ver. 

Padre...Where stories live. Discover now