Carta 3: El nuevo comienzo

47 1 0
                                    

Quiero ser capaz de decirte muchas veces cuanto te amo. He podido conocer cosas tan diversas que me han demostrado que eres incomparable. Entonces recuerdo con nostalgia los momentos de risa y juego. Disfrutar de la playa y la piscina mientras el sol nos bronceaba de color canela. Probamos tantos sabores distintos en cada región que visitamos. Me regalaste tantos ritmos musicales que intestaste enseñarme a bailar y no logré.

Pero lo mejor era sentir la brisa nocturna unida con el calor que nos abrigaba. Sin duda lo amaba. Tenerte a mi lado me hacía sentir muy feliz.

Nada se compara a ti. No sólo fue el mar o la brisa ¡No! Es que tú lo tenías todo. Eres la dueña de increíbles dunas de arena o increíbles ciudades que tan hermosas. Contigo era un eterno verano donde podía cambiar a medida que íbamos subiendo una montaña o bajando un valle, cuando íbamos al norte o al sur donde tienes imponentes selvas y cultura sin igual. Cuando íbamos del oriente al occidente y conocimos juntas el llano, los Andes y la costa.

A veces daría todo por volver el tiempo atrás y poder contemplarlo una vez más porque...

Eres totalmente maravillosa y nosotros que estábamos contigo no nos dábamos cuenta ni un poco que a tu lado lo teníamos todo y que ahora que no estás, aquí soñamos cada noche con que volvemos a ti.

Porque a final de cuentas cuando te vas del lugar  donde has crecido, la costumbre te hace caer en la nostalgia. Sino hubiese sido por ella, yo habría deseado tanto volver a lo inexistente pero...

La mujer que ahora cuida de mí me ha enseñado lo hermoso que fue para mucha de su gente estar contigo.

Así como sucedió  cuando un hombre me dijo que te había conocido. Sentí que el corazón saltaba dentro de mí mientras me narraba aquella hermosa mujer que yo conocí. Me narró la historia que tú me habías enseñado. El tono de su voz era como la tuya. Tú me contabas con felicidad, él lo hacía con nostalgia.

Escucharlo hablar me llenó y me hizo muy feliz. Pero lo que más me gustó fue escuchar el tono en que lo decía. Pues era el mismo que el de los demás alumnos de otros maestros que he conocido. Su voz estaba atorada entre la alegría de recordar y la tristeza de no estar allí.

Sin duda es una combinación de ambas pues la alegría de haber estado contigo siempre está presente pero al recordar todos los bellos momentos se resumen en tristezas por no saber el momento en que volverán.

Pero los espero con mucha ilusión porque será un sueño cumplido pero no sólo para mí sino para todos nosotros. Porque nosotros te amamos así como yo sé que tú también nos amas desde el fondo de tu corazón.

100 cartas para ellaWhere stories live. Discover now