Sentada en una cornisa de un alto edificio. El viento sopla sereno y yo miro el horizonte, a la vez que miro a mi lado y como si esperara algo distinto, espero que estuvieses allí.
Pero como normalmente sucede, tú no estás allí y no sé si debería sorprenderme o no. Porque sucede desde hace tanto tiempo que ya me he acostumbrado y sigo sentada en la cornisa.
Pasan muchos héroes volando. Llevan discípulos que vuelan a su lado. Se preguntarán ¿por qué no vuelo yo con mi maestro? Eso es sólo una etapa. Y no puedo mentirles, mi vuelo fue diferente.
Entonces veo volar al que fue destinado a llevarme pero no aceptó. Ahora vuela con otros discípulos. No lo culpo, porque al rechazarme conseguí un mejor maestro y padre. No me deja en ningún momento y hoy hemos quedado de vernos en esta cornisa para volar juntos. Él me dice: ¡Tú puedes! Él es mi héroe.
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100 cartas para ella
الشعرDedicado a los que dejaron a un lado lo que más amaban, a los que no saben expresarse bien, a los que aman, a los artistas porque todos tenemos el arte...