Cuando estás sobrepasado y necesitas descansar de la mochila que te pesa, ir al mar no es tan mala idea. Escuchar las ondas del mar nos acercan más a un Dios y nos alejan de los ruidos del mundo. al llegar al hogar, la mochila ya no pesa más.
La gente viene y va como las olas del mar. Algunas vienen y arrasan, otras sólo vienen y se van. Algunos son sólo parte del camino. ¿Otros son el destino?
Vienen fuertes como las olas de una tormenta. Vienen tranquilas como en el día soleado. Pero son efímeras cuando la arena las abraza así como mis penas.
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100 cartas para ella
PoetryDedicado a los que dejaron a un lado lo que más amaban, a los que no saben expresarse bien, a los que aman, a los artistas porque todos tenemos el arte...