Ella camina con una mochila colgada de sus hombros. Unas camisas, unos pantalones, ropa interior, un cepillo de dientes y una mente llena de ilusiones o miedos. Una fila que cruza una frontera. Un beso y un adiós. El pasaporte con un montón de sellos y la pequeña mochila se llenó de recuerdos de cada país que ella visitó, la cámara llena de fotos.
Y al volver a su país era una chica diferente. Conocía más que lo que le habían enseñado. Ella veía la vida de otra manera. Sus metas cambiaron y soñó con seguir saliendo y volviendo para que cada vez que volviese fuese alguien mejor.
Viajar a otros países nos hace amar más la humanidad o darnos cuenta de cuán racistas pueden ser los humanos. Pero si tienen la oportunidad de conocer nuevas culturas y nuevos horizontes, no duden en hacerlo. Este mundo está lleno de lugares hermosos y culturas preciosas.
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100 cartas para ella
PoetryDedicado a los que dejaron a un lado lo que más amaban, a los que no saben expresarse bien, a los que aman, a los artistas porque todos tenemos el arte...