Carta 96: La Golondrina

5 0 0
                                    

Yo conocí quizá desde muy cerca o quizá desde muy lejos el amor entre un carancho  y una golondrina que se conocieron cuando todavía eran muy pichones. Sus cantos alegraron a todos los que los cuidaban. 

No los encontré cuando estaban juntos pero sí cuando todavía se amaban. Muchas veces me recosté a ver el carancho volar. Pensando que yo volaba junto a él. Pero muy dentro de mí sabía que no era así. Él no dejaba que nadie volará con él.

A menos que fuese su amada golondrina. Aquella que había logrado capturar su estilo, sus gustos y su amor. 

En ocasiones también la veía a ella en el cielo. Su vuelo particular dibujaba entre las nubes el nombre del "traro" y luego se refugiaba entre las ramas de los árboles esperando si acaso el carancho aparecía. Algo que siempre sucedía minutos después.

Él volaba desesperadamente para encontrarla, para recuperarla y seguirla amando. Pero ella se escondía entre sus alas. Se camuflaba entre el color de las ramas o de las hojas. Pero él entre las nubes le escribía:

"El mundo no sabe cuanto yo te amo"

Todavía el carancho ama a la golondrina y aunque en la golondrina se ve la luz brillar cuando lo ve. Aún no puedo asegurar si es amor o dolor lo que se esconde en aquella luz.


100 cartas para ellaWhere stories live. Discover now