v e i n t i c i n c o

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Había sido un agradable día de descanso con la familia Bang. Los chicos habían podido disfrutar un poco de la ciudad y de una amena cena con los padres y hermanos de Chan. La risa había sido lo predominante en esos momentos que todos compartieron juntos, donde realmente parecían una gran familia.

Tras haber pasado un poco más de tiempo después de la cena, era la hora de regresar a las habitaciones. Felix no paraba de sonreír desde que habían aterrizado en Australia y una vez que entraron en la habitación, se tiró sobre Hyunjin en un cálido abrazo. El mayor soltó una pequeña risita devolviéndoselo.

—Me encanta verte así, Lix —sonrió dulcemente, aun abrazados. Finalmente cada uno se cambió de ropa y rápidamente acabaron en sus correspondientes camas—. La verdad es que todo esto es muy bonito.

—Chan hyung y yo hemos hablado sobre qué sitios os llevaremos a visitar, realmente espero que os guste —sonrió ampliamente—. Es un sueño estar aquí con todos vosotros y con el recibimiento de Stay.

—Eres adorable, Lix.

El pecoso se sonrojó levemente, aun siendo incapaz de borrar la preciosa sonrisa de su rostro. Echaba de menos Australia, mucho y por fin había tenido la oportunidad de volver, esta vez con su nueva familia. Era sin duda un momento muy especial.

Felix observó el rostro ligeramente iluminado de Hyunjin por el teléfono móvil, observando como una gran sonrisa se extendía por todo su rostro. Él mismo sonrió, sabiendo a la perfección con quien hablaba, sabiendo exactamente lo que se sentía y en cierto modo, añorándolo un poco.

—Jinnie... —murmuró suavemente. ¿Debía preguntarlo? Observó como el mayor por unos meses le miró, expectante y suspiró—, ¿cómo os va?

Hyunjin alzó las cejas sorprendido. Dejó el móvil a un lado y observó al chico, mordiéndose el labio, dudoso de qué decirle, al fin y al cabo, no estaba seguro de cual había sido su historia con Changbin.

—Yo... bueno, bien, supongo.

Felix analizó el nerviosismo que desprendía el muchacho, y casi podía asegurar que sus mejillas estaban adornadas de un tono rosado

—No te preocupes por mi, Jin, yo estoy bien.

No era mentira. Desde que habló con Changbin, confesándole sus sentimientos y acabando con aquella relación que tenía, había comenzado a superarlo poco a poco. Durante un poco de tiempo, estuvo algo más alejado, centrándose en sí mismo, en la música, el baile y el resto de chicos. Incluso, se había vuelto mucho más cercano con alguno de ellos, como Minho y Jeongin.

—¿Puedo preguntar... qué pasó? —preguntó Hyunjin tímido, cuando observó como Felix asentía, se sentó en la cama cómodamente, cruzando las piernas y llamó al australiano para que se le uniera a su lado, así que él también lo hizo.

—Changbin... no es un chico que se enamora, o al menos no fácilmente. También es un poco estúpido para darse cuenta de que alguien está enamorado de él... —suspiró, recordando aquella discusión que tuvieron—. Lo nuestro empezó siendo pura atracción física, ambos lo sentíamos así, era una conexión algo especial entre nosotros.

Hyunjin asintió varias veces repetidamente con la cabeza.

—Todos lo notamos, quiero decir, vosotros dos erais como uña y carne y se notaba una gran tensión no resuelta por parte de ambos. Incluso Stay bautizó el shipp mucho antes que nosotros nos diéramos cuenta —rió Hyunjin.

—Sí, bueno, al final esa tensión no resuelta se resolvió —rió un poco el australiano—. La primera vez dolió, en todos los sentidos, física y psicológicamente. No se sentía bien aquello, sentí que estas cosas no debían darse entre amigos, entre compañeros de grupos. Y física... bueno ya me entiendes.

tattoo // changjinWhere stories live. Discover now