Classic slow dance

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Suspiró una vez más. No llevaba la cuenta, pero de ser así se habría quedado escaso de dedos para seguir contando las veces que había suspirado en ese día. Era algo inevitable, involuntario, como una reacción ante el pensamiento del hombre que tanto quería. Su castaño de ojos azules recién le había llamado para recordarle la dirección del evento al que asistirían.

Llevaban un par de semanas hablando de tal evento, pues ambos estaban emocionados de ver a sus amigos graduándose. ¿Por qué ellos sólo eran invitados? Bueno, es que eran un año mayores que Spencer, Linda y Sarah. Ellos ya habían tenido su graduación y había sido maravillosa. Ahora era el turno de los otros tres quienes habían organizado una pequeña reunión entre los cinco en cuanto el evento formal finalizara.

Pero eso no era el verdadero porqué del estado súper enamoradizo de Brendon, sólo era una parte. En realidad, ese mismo día la pareja cumplía siete años de novios, una gran casualidad que la graduación de sus amistades se mezclara con su día, pero no importaba. Brendon tenía una sorpresa para Dallon y no dudaba en que éste también hubiese pensado en un regalo para él. Por este motivo su mente se elevaba hacia las nubes para fantasear cómo sería la noche, qué sorpresas habrían y cómo resultaría todo.

Casi caía del sillón en cuanto escuchó la alarma que programó en su teléfono móvil, señal de que ya eran las seis y debía comenzar arreglarse. Rápidamente se duchó, vistió y peinó. Estaba rociando un poco de perfume sobre su pecho cuando llegó una llamada para interrumpirlo. Se fijó en la pantalla y vio la foto de su amado en ella. Con una sonrisa tomó el celular y respondió.

- Hola, mi amor. - Decía mientras colocaba el aparato entre su hombro y su oreja, de tal modo que sus manos quedaron libres para tomar el saco y ponérselo de una vez. Al hacer esto, recuperó la postura y se miró al espejo. - Ya estoy listo, sólo te espero y bajaré enseguida cuando tú me digas.

- Sí, uhm, sobre eso... Bebé, no voy a ser yo quien te recoja. - Avisó Weekes un poco apenado. La sonrisa de Brendon cambió por una mueca de angustia. - Le dije a Sarah que me hiciera el favor de hacerlo.

- Pero, Dallon, ¿por qué el cambio de planes? ¿Está todo bien por allá?, ¿necesitas ayuda?

- No, no, lindo. Todo bien. Es que... Spencer me dijo que quería comprar algunas cosas para Linda justo cuando faltan dos horas para la reunión. - Rió bajo. - Qué estúpido, ¿no crees?

- Quizá olvidó hacerlo antes.

- O quizá alguien se retrasó con el maldito pedido y por eso tuvo que cambiar los planes.

Brendon tardó un momento en responder, haciéndolo suspicaz y con una ceja enarcada que el otro no pudo ver por obviedad.

- Sí, claro. Pobre Spencer.

- Tiene muy mala suerte, siempre le salen las cosas mal y tiene que hacerlo todo al último minuto...

- Qué raro, suena como si estuvieras describiéndote a ti mismo, mi amor.

Igualmente Dallon se tomó un tiempo para decir otra cosa.

- Eh, sí. Se me hace tarde. ¡Es decir!, ¡a Spencer! Tengo que irme. ¡Tenemos!, ¡los dos! - Rió nervioso. - Tú entiendes, ¿verdad?

- Más de lo que crees, mi amor, más de lo que crees.

Silencio.

- Te veo al rato, bebé. Te amo. - Y Dallon cortó la llamada.

- Yo también te amo, tontito.

Mentiría si dijera que de esa llamada no había obtenido nada porque, todo lo contrario, había dado sin querer con información muy valiosa que pobremente Dallon había intentado no revelar: definitivamente le esperaba una sorpresa esa noche y estaba completamente emocionado por llegar al evento, ver a su novio y descubrir sus planes poco discretos. Dallon era muy tonto y bastante obvio, y Brendon amaba mucho eso de él, le parecía un muy lindo detalle.

MY4AM •• Brallon OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora