That little baby's mine

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— ¿Dallon? — Preguntó con la voz temblando. Escuchó que el mencionado murmuraba algo, pero ella no entendió lo que decía. — Dallon, ¿con quién estás hablando?

Sarah se golpeó mentalmente. ¿Por qué preguntó eso? ¡Era obvio que sabía con quién hablaba! No sabía por qué pretendía hacerse la ignorante cuando sabía todo por lo que su amigo estaba pasando. Y honestamente le estaba dando miedo. De hecho, ya ni siquiera debería considerar a ese tipo como su amigo.

Después de dos semanas, todo seguía igual, quizá mucho peor que antes.

Dallon siempre había sido ese amigo fiel y cómico que tanto ella como Brendon estimaban demasiado. Los tres mantenían una buena relación, eran el grupo inseparable. Cada historia juntos tenía un toque de diversión y ya que habían sido amigos desde el primer año de preparatoria, compartían demasiadas cosas. Sin embargo, a Sarah jamás le pareció buena idea que Dallon y Brendon jugaran entre ellos a modo de romance porque desde el principio sospechó que Weekes se lo tomaría enserio más que como un juego.

Y resultó ser cierta su sospecha.

Vaya drama que tuvieron en la universidad cuando ambos —Sarah y Dallon— le habían confesado a Brendon sus respectivos sentimientos. Con toda la pena del mundo, el chico prefirió a Sarah, pero nunca se separó del castaño hasta que un día éste último se alejó de ellos. Regresó, cabía mencionar, y dijo que los había perdonado, que aquella vieja historia había quedado superada y olvidada para él. Entonces los tres volvieron a ser el grupo de antes.

Meses después de que Urie y Orzechowski se hubieron comprometido al terminar sus estudios, Dallon les dio la noticia de que tenía una novia y quería presentarla ante ellos. Con mucho gusto y contentos con su amigo, ellos aceptaron y esperaron para conocer a la afortunada. Actualmente Breezy Douglas, la famosa novia de Dallon, todavía salía con él, pero Sarah no creía que a Dallon le importara. Es decir, el ojiazul estaba mucho más ocupado llorando por la pérdida de Brendon que tomando en cuenta a su supuesta pareja.

El azabache había muerto a causa de una bronquitis aguda tres semanas después de que el resultado de su noche de boda con Sarah hubiera nacido. Habían pasado dos semanas desde su muerte y la de ojos azules estaba devastada obviamente, pero desde que Dallon supo de ello, algo en él cambió. La única explicación que la castaña podía formular en su cabeza era que Weekes no había superado del todo los sentimientos que alguna vez tuvo por Brendon.

¿En qué se basaba ella para pensar eso? Bueno, pues el bebé que tuvieron era varón y curiosamente había adoptado un físico bastante similar al de su padre; ojos cafés, cabello oscuro, piel realmente pálida y una nariz un poco ancha. Boyd, el pequeño, era como una réplica en miniatura de Brendon. Y desde que regresaron del funeral hacía una semana, Dallon se quedó en casa de Sarah y no se había separado del bebé.

Ese era el motivo por el que Sarah estaba comenzando a sentirse angustiada. No sabía qué le ocurría a Dallon, de qué cosas hablaba con su bebé, y tenía miedo de quitárselo, pero debía hacerlo, tenía que recuperar a su hijo. Se acercó lentamente a la habitación que ella y Brendon habían decorado para Boyd, se asomó por la puerta y vio a Dallon sentado en la mecedora con el niño en brazos. Seguía hablándole, ahora sí siendo escuchado por ella.

— Tienes los labios muy pequeños. Tu padre no los tenía así, no. Él tenía los labios más carnosos que haya probado en mi vida, y también los más suaves y deliciosos. Papá era un buen besador. Quizá heredaste esa fina boca de mí. — Acto seguido, él se inclinó y le dio un beso en la frente al pequeño. — ¿Por qué no te llamamos «Brendon»?, es mejor que Boyd. A Brendon no le gustaba que lo llamaran por su segundo nombre. Tengo una idea. Sólo yo te podré decir «Brendon», ¿okay, mi amor?

MY4AM •• Brallon OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora