Capitulo 30: "Ti Amo"

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-Mírame, parezco una tonta. –Exclamé y comencé a secar mis lágrimas.

-Val, tú eres una tonta. –Suspiró Harry. Comenzó a reír, yo me paré.

-Pues esta ‘Tonta’ se va. –Alcé la barbilla y me giré para lanzarle las uvas que traía en mi mano, todas a la vez. –¡A ver si me atrapas! –Grité mientras comenzaba a correr. Todos nos veían raro, pero eso no me importó en lo más mínimo. Comenzaba a cansarme y Harry empezaba a acercarse cada vez más.

-¡Te tengo! –Vociferó mientras caía por el peso. Empezamos a rodar hasta quedar boca arriba al cielo. Nuestras respiraciones se mezclaban, cansadas.

-¡Dios Harry! Mira mi ropa. La arruiné por completo. –Suspiré mientras me apoyaba en su pecho. El corazón del muchacho estaba agitado y eso me tranquilizaba de alguna manera. Supongo que todo esto en algún momento se terminará. Tengo dieciocho años, y no creo que Harry quiera atarse a una persona en este momento de su vida. 

Resoplé y alcé mi cara. Ahí estaba él, parecía dormido. Tenía los ojos cerrados y sus rulos habían caído dulcemente por sobre su rostro.

-‘Ti amo’ Harry Styles. –Murmuré en su oído, mientras sentía como él se estremecía y un dulce calor subía por sus mejillas. Me quedaré con esa imagen antes de pensar que él podría dejarme. Me quedaré con la dulce imagen de un ángel durmiendo. Conservaré el deseo de ser yo quien provoque esos sentimientos en él, y nadie más.


¿Qué hora era? Talvez eran las cinco de la tarde cuando despertamos. Mi cabello estaba atado en una cola de caballo y Harry simplemente se refregaba los ojos. Lo moví una o dos veces antes de que él abriera por completo sus ojos, esos dos hermosos ojos color esmeralda. Cada vez que los veían me transmitían tanta paz, tanta tranquilidad.

-Tonto, ¿ya podemos ir al puente? –Rezongué mientras metía la manta que previamente había doblado en la canasta.
-Seguro amor, pero, ya no me digas tonto. –Bufó el ruliento mientras se paraba para tomarme de la cintura y atraerme a él. -¿Lo prometes? Cuando me dices así, algo aquí se remueve. Duele. –Exclamó con un tono de niño pequeño señalando su corazón.
-Intentaré. No me gustan las promesas.

Y así era. Jamás me había agradado mucho la idea de las ‘promesas’. Siempre resultaban un fiasco, y más cuando tenías a alguien como Simon Cook de padre. Si es que esa es la palabra para definir nuestros lazos. Nunca eh reprochado nada, de nadie. Pero si hay algo que realmente me costó superar fue cuando, a la corta edad de diez años, Simon había olvidado mi cumpleaños. Él había prometido una gran fiesta, con globos de animales y payasos. Supongo que en aquel entonces era lo mínimo que se podía esperar de él. Sí, había tenido un cumpleaños. Pero no por el hecho de que él me lo haya festejado como ‘Prometió’ sino porque yo misma me encargué de invitar a todos y cada uno de mis compañeros. Supongo que en algún rincón de mi corazón, yo sabía que él jamás cumpliría su promesa.

-¿En que te quedaste pensando linda? –Exclamó mientras metía la canasta en el baúl para luego girar al auto y abrirme la puerta del copiloto.
-Nada amor. –Suspiré y besé sus labios una vez que estuvo dentro del vehículo.
-Quedan unas cuadras antes de llegar al puente ¿Quieres merendar? Conozco un gran sitio.
-No amor, si no te enojas, preferiría ir al puente. Anhelo ver las luces del atardecer de Venecia sobre los canales. –Suspiré mientras le sonreía a mi acompañante. Debo reconocer que cada vez que la palabra ‘Cariño’ o ‘Amor’ salían de sus labios me daban ganas de golpearme a mí misma ¿Cómo es posible que sufra tanto por alguien que conocí apenas desde hace tres o cuatro semanas como mucho? Me quedaban tres largos años en Venecia, pero si seguía siendo tan bueno como hasta ahora, terminaría mudándome aquí. No soportaría más años en las concurridas ciudades de Estados Unidos, o a los fotógrafos que me persiguen solo por ser ‘Valerie Cook’.

-Bueno, ya llegamos linda. –Exclamó Harry haciendo las últimas maniobras para estacionar el auto. Mis ojos se posaron en aquel hermoso y trabajado puente. Era del mismo color que el pavimento, y algo desgastado. Cerré mis ojos por unos instantes y pude casi ver en mi mente como los prisioneros pasaban por allí.

-El puente de los suspiros, aquí en Italia mejor conocido como el ‘Ponte dei Sospiri’, es uno de los puentes más famosos. Une el Palacio Ducal con la antigua prisión de la Inquisición. Debe su nombre por los suspiros de los prisioneros que, desde este puente veían por última vez el mar y el cielo. –Exclamó Harry, haciéndome abrir los ojos bruscamente. Ya estaba la puerta del vehículo abierta y con su mano extendida. –Es un lugar realmente hermoso Val ¿Vamos? –Murmuró mientras agarraba su mano.

Dear DairyWhere stories live. Discover now