PAUSADA - Boruto Next Generations

Reencuentro

Indra soltó un suspiro de alivio cuando por fin dejaron atrás la cueva del Sabio de la Serpiente Blanca, se sentía ya bastante estresada de que parecía no tener fin aquel sitio, pero gracias a Jashin todo se había resuelto y por fin podían ir tras Mitsuki.

-Ahora sabemos que Mitsuki no es un traidor, solo debemos recuperarlo -todos asintieron a lo dijo por el rubio, excepto Indra y Shikadai

-Yo no confiaría en eso... -murmuro Nara

-¿Eh?

-Boruto, Mitsuki obedeció a esos ninjas... -murmuro decaída la mayor

-Debe tener una buena razón, lo sabes... Por algo dejo a la serpiente -el rubio se puso de pie- Dijeron que la respuesta que Mitsuki buscaba estaba en el País de la Tierra, así que debemos ir hacia allá

-Que fastidio... -se quejo Shikadai poniéndose de pie- Inojin, ChouChou, ustedes vuelvan a la aldea para informar al Hokage sobre la situación

-¡¿Nos quieren echar de la batalla?! No lo permitiré -se enfadó Inojin

-No es eso -Nara se apresuró a aclarar- No podremos alcanzarlo antes de que cruce la frontera y si existe la posibilidad de que Mitsuki sea inocente...

-No es una posibilidad. Mitsuki es inocente -replico Boruto

-No te precipites y escucha a Shikadai -intervino Indra alejando al rubio del moreno

-Hay que avisar a la aldea antes de que cruce la frontera como un criminal -les explicó el niño- Moegi-sensei ya debe haber vuelto a la aldea para notificar. Si mi papá se lo propusiera no le costaría llevarnos de regreso a la aldea, pero no lo han hecho

-Debe ser por mí mi madre... -confeso Indra llamando la atención- Ella me encontró antes de que huyera con ustedes a buscarlo, me dejó venir... Supongo que está causando problemas a tío Séptimo y a papá

-Aún así, ha logrado que nos dejen actuar libremente... Al menos eso parece -Indra asintió a lo dicho por Inojin- Entonces debemos informar a la aldea

-Exacto y ustedes son los más apropiados

-Entiendo, vale... Lo haremos, Shikadai

Mientras todos se preparaban para separarse, Indra se mantuvo alejada pensando en todo lo que estaba sucediendo; su madre intentaba darles tiempo para alejarse y poder encontrar a Mitsuki antes que los Shinobi de Konoha, Mitsuki podría ser o no inocente y ella se sentía cada vez más confundida. Había salvado la vida de aquellos Shinobi, pero aún así se había ido con los agresores sin dar explicaciones, cual desertor.
La niña admitía no sentirse preparada para saber la verdad, podrían tener razón o no y ella dudaba soportarlo; Mitsuki no solía hablar mucho sobre su familia, pero se había abierto mucho con ella en las últimas semanas por lo que no comprendía cual podría ser su objetivo.

-Mitsuki... -susurro

Mientras tanto, Mitsuki y sus compañeros de viaje llegaron a un especie de valle desértico que era lo único que los separaba del País de la Tierra; el joven albino había notado que uno era desconfiado y callado, mientras el otro era su opuesto, por completo. Sekiei parecía conocerlo de toda su vida o al menos, le hablaba de aquella forma, además de que parecía empeñado en que Mitsuki se quedará con ellos en la aldea de la Roca.

-Neh, Mitsuki... -el niño miró a Sekiei- Si entras al País de la Tierra traicionarás a Konoha de verdad, ¿no? ¿Cómo sienta traicionar?
>>Los humanos sienten muchas cosas que yo no. Es curioso, ¿no?

Aquello hizo que, por primera vez desde que abandonó la aldea, Mitsuki pensara en Indra, su "algo" que había dejado detrás y que seguramente estaría triste; él odiaba verla triste, ella siempre era tímida y fuerte, se sentía culpable por herirla pero tenía cosas más importantes que arreglar.
Kokuyou, el otro sujeto que iba con ellos, se burló de los pensamientos sobre humanos que tenía Sekiei, sin embargo se negó a responder más preguntas, no confiaba en Mitsuki y prefería cuidar la información, sin embargo, Mitsuki había entendido que su plan necesitaba de una pieza clave para funcionar: Él.
Cuando la noche cayó sobre sus cabezas, Indra y sus amigos continuaron siguiendo las migas de batalla que iban dejando los Shinobi de la Roca y los de Konoha, cada vez estaban más cerca de Mitsuki que casi podían olerlo.