Nervios.

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― Exactamente, ¿qué estamos buscando?

Casi rodé los ojos. ―Marcados de sangre pura.

― ¿Y cómo sabremos quienes son Dian? ―preguntó la rubia. ―No es como si tuvieran un tercer ojo para identificarlos.

― Lo sé. Sólo… observemos su comportamiento mientras entrenan y si alguno da indicios de ser bueno en… todo, pues conversamos con él o ella hasta sacarle la verdad.

― ¡O podemos interrogarlo como si fuera un criminal!

― Claire ―dije en tono de enfado.

― Hablo enserio mujer. Cuando interrogas a alguien de esa manera escupe la verdad más rápido. La presión lo es todo ―le dediqué una mirada que decía “¿enserio?”

― No interrogaremos a nadie.

Al entrar al cuarto de entrenamiento, Claire y yo nos separamos. Ella iría a observar de un lado mientras yo iba del otro. Le advertí que teníamos que pasar desapercibidas y no parecer dos chicas raras dando vueltas solamente.

Tomé unos cuchillos de manos y me fui a la sección de puntería, donde varios chicos lanzaban cuchillos y disparaban en blancos señalados a unos metros de distancia.

Discretamente me coloqué en la línea de tiro y dirigí mi mirada a los chicos que estaban a mi lado. La primera chica tiraba cuchillos como los que yo tomé, ella dio en el blanco sólo una vez de acuerdo con las marcas que estas armas dejaron. El chico de su lado parecía disparar las balas más delgadas que tenemos al mismo blanco, y pude notar que su puntería era buena. En total se veían 4 marcas de las balas en el centro. El chico a lado de él tenía cuchillos también y los lanzaba, pero su puntería no era nada buena y no dudé que la única marca que estaba en el centro fuera producto de la suerte. La chica a su lado disparaba continuamente al blanco pero a veces fallaba.

Retiré la mirada de ellos para que no lo notaran y me metí a lo mío. Lancé el primer cuchillo y este cayó en el centro. Lancé el segundo y también cayó en el centro. La tercera vez lo mandé desviado a propósito para que no diera en el centro. La chica a mi lado me miró.

― Suerte de principiante ―dije restándole importancia. Ella medio sonrió.

Después de dos minutos los parlantes sonaron diciendo que la hora había acabado. Todos comenzaron a dejar sus armas en las mesas que las portaban a lado de cada zona. Dejé los cuchillos en la mesa y entonces vi que uno de los cuatro chicos que estaban a mi lado se quedó parado donde estaba. Di la vuelta y comencé a caminar asegurándome de que mis pisadas se escucharan. Después de varias giré la mirada por atrás de mi hombro.

El chico lanzó siete cuchillos seguidos y sin pausa y todos dieron en el mismo lugar: el centro.

Casi corrí hacia él.

― ¡Wow, qué puntería! ―el chico giró a verme completamente alarmado y entonces pude verlo bien.

Era como diez centímetros más alto que yo, su cabello era castaño muy oscuro, casi negros y sus ojos eran verdes.

― Erm, yo… Eso sólo fue coincidencia.

― ¿Coincidencia? ¿Siete cuchillos? ―pregunté casi riendo. ―Claro que no. Tú tienes una puntería casi imposible.

― Es la primera vez que me pasa.

― Por favor ―le di un leve golpe en el brazo. ―Eso lo has hecho antes y hasta con los ojos vendados. ¡Lo puedo apostar!

 El chico miraba hacia otro lugar excepto a mis ojos, completamente nervioso. ―T-tú no puedes decirle a nadie que v-viste es-sto…

― Oye ―sonreí hacia él―, tranquilízate. Mira esto.

Destiny. | fanfic. (libro ahora disponible en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora