38. La cuenta atras

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Bella POV

Lunes

Ya era lunes, solo quedaban dos dias sin contar ni hoy ni el jueves, la cuenta atras habia comenzado. Se suponía que ya habia pasado el plazo de baja y que ya podia haber empezado entrenar, pero por mi salud -en realidad no querian tenerme cerca de los guardianes para no planear nada, já- preferian tenerme descansando para prepararme para la expedicion del jueves. Miré los billetes que me había dado Eider de ida a New Hampsire en avion, no de vuelta. No habia vuelta atras. Tampoco es que pensara volver... pero no estaba mal tener un metodo de escape que me dejara de nuevo en Rusia, la tierra experta de Fredrich. Me levanté de la cama notando la maraña que tenía por pelo y me fui directa a la ducha, hacia tanto frio que se calaba por las paredes de piedra que nada me sentaria mejor que el agua caliente. Bueno, si que hay algunas cosas que me sentarias mas que bien... Pensé riendome de mis estupidas posibilidades, y aunque en la situacion que estaba resultara raro, sonreí.

Me enrollé una toalla alrededor del cuerpo y me cepillé mi demasiado largo pelo. Aproveché que estaba mojado y me hice una coleta baja asegurandome el pelo, cogí una tijera del cajon, y corté a la altura de los hombros. Hasta luego estupido pelo. Me lo sequé y, aunque me sorprendi, no me quedaba del todo mal. Se me habia onduado un poco y me daba una imagen mas fria y dura, vamos, mas o menos como me sentí. Escuché pisadas sordas en los pasillos, pegué la oreja a la pared y recordé que a esta hora entraban a entrenar con Demetri. Demetri... pedazos de hijo de... Nah, su madre no tiene culpa de nada, pero solo a mi se me ocurria ir a entrenar hoy. No lo iba a hacer fisicamente porque los demas iban a hacer eso y no iba a poder yo bajo las normas de Demetri, asi que me pondria a entrenar mis dones para tenrerlos refinados y listos.

Cogí la ropa que habia preparado anteriormente en la cama y me vestí. Llevaba unos pantalones negros muy calentitos por dentro, una camiseta roja oscura de manga larga -me la remangué por los codos porque no soporto las mangas largas- y las botas militares de charol negro. Me tomé un segundo para prepararme psicologicamente y salí.

El gimnasio estaba silencioso y habia que mirar a los vampiros en linea para asegurarse que habia alguien mas que yo y mi torpe respiracion. Me dirigí a una esquina y escuché como Demetri iniciaba su clase. De vez en cuando notaba que Fredeich me observaba viendo lo que estaba haciendo.

Como iban a estar todos los bosques nevados, me puse a practicar con el don de la nieve y del viento, en el principio puede que causara algun que otro problemilla con el viento, pero aprendo rapido, asi que salió mas o menos bien. Con la nieve eso ya es otro tema a la hora de lanzar una bola, cosa que le golpeó a Demetri en la cebza y sonrió cabreado pero victorioso. Ya tendré tiempo para hacertelo pagar... Su pensamiento me causó escalofrios.

Despues de pasar unas horas en el patio que habia bajo la gran bobeda de cristal leyendo un libro al que daba mi ventana, el cielo se puso tan oscuro que ya no podia seguir leyendo sin luces. Fuy por los estrechos pasillos a dejar el libro en la biblioteca, y cuando volví la cara despues de colocarlo Cayo estaba apoyado en la estanteria de al lado. Di un salto.

- Cayo, que narices estas haciendo? Me has asustado! -le reproché intentando seguir con un ritmo de respiracion normal.

- Quiero enseñarte algo.

- No podemos salir, hoy no esta permitido -le avisé.

- No he dicho que vaya a ser legal -sonrió maliciosamente.

- Gracias por la oferta pero... -me fuy de la sala bajando los escaloncitos de piedra.

Me cogió de los hombros para mirarme de frente, sus ojos lo decian todo, era importante y estaba relacionado conmigo.

Eres extraña (Edward y Bella)Where stories live. Discover now