Cap 26. Fin de semana

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Bella POV

Me hiba a empezar a aburrir como nunca como siguiera sin hacer nada tumbada en esa magnifica cama. Me giré sobre mi misma y miré el objeto plateado que habia sobre la almohada de al lado. Mi mobil? Si, asi era y no me habia dado cuenta de que estaba ahí. Lo encendí y miré la hora. Las seis aún. En el panel de notificaciones tenía un mensaje de hace mas de media hora.

Espero que Alice y Rosalie no se esten pasando contigo, amor. No te inpacientes, volveré pronto. y sobre todo, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir. No quiero tener que ir a buscarte a La Perrera - reí ante el nombre que le habia asignado a La Push.- Te gusta la cama? No debo recordarte que tienes total acceso a mi piano.

Te quiere,

Edward.

Se me inchó de amor y ternura mi murto corazon. Tocar su piano... Si, eso era lo que iba ha hacer justamente ahora, pero antes le hiba a devolver el mensaje.

Hola Edward, Si. La cama es magnifica, tu habitacion, todo es perfecto. Debes saber que cuando vuelvas te espera la de un oso que acaba de salir de hibernacion por haberme puesto de canguros a tus hermanas. Claro, cuidare tu piano y ni me acercare a la perrera.

Te quiera muchisisimo,

Bella.

Le di a enviar y me metí el movil en el bolsillo trasero. Bajé rapidamente las escaleras y me encontré a Esme en el sofá revisando unas revistas de decoración.

- Hola cariño - dijo maternalmente.- Estas aburrida?

- Si, un poco - sonreí.- Donde estan Alice y Rosalie?

- Creo que en la habitacion de Alice

- Vale, gracias.

Volví a subir y me apoyé en la puerta cerrada. No se escuchaba nada.

- Alice? Estas ahi? - escuché unas risitas.- Voy a entrar.

Entré y no habia nadie, la habitacion era un poco mas grande que la de Edward, pero habia una puerta abierta de la que se escucha musica. Ande temerosa y al entrar di un salto por la sorpresa. Eso era su armario?! Era del tamaño del salon, como cuatro veces la habitacion, y habia percheros llenos de ropa cubriendo todas las paredes. Realmente en el fondo me lo esperaba. Viendo la cantidad de ropa que compraba y tiraba, era de esperar que en algun lugar la guardara. Habia una alfombra de color lavanda parecida a la de los famosos que cruzaba la enorme sala. Una bola que proyectaba luces de colores en las paredes estaba colgada del techo y un equipo de musica  en la pared del fondo parecia costarle subir mas el volumen.

Por fin me fijé en que Rosalie estaba modelando por la alfombra y Alice estaba cruzada de piernas en el suelo aplaudia y reía.

- Bella! Que alegria que te pases por aquí! - me sonrieron las dos. Vaya, Rosalie estaba genial.

- Ho-hola Alice, hola Rose.

- Te unes a nosotras?

- Gracias, pero no - dije muy segura.

- Venga Bella, no seas mala. - Oh oh, habia puesto su carita, esos pucheritos de cachorritos que te partian el ''alma".- Por fa, por fa, por fa, por fa, por favor...

Y que podia hacer yo? Nada, absolutamente nada. Salvo aceptar y convertirme en un maniquí robot. Me pase todo el desfile en mi burbuja, pensando en como no morirme de asco.

Mi burbuja, mi mundo personal, donde todo es infinito, nada acaba, todo es perfecto, nada nos separa... La vision de Edward y yo juntos en un bosque tropical con vistas a un magnifico mar me nubló la vista, lagrimas que caian por mis mejillas levemente fueron secadas por las telas que me ponia encima Alice como si fuera un maniquí. Las horas estaban contadas.

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Un día despues, domingo tarde.

El tiempo habia pasado lentamente, aunque en mi mundo habia progresado notablemente. Edward y yo estabamos viajando por varios paises, todos soleados y con verdes bosques por los que correr cogidos de la mano...

- Hey, Bella - decia Esme haciendome señas.- Nos vamos ya, he dejado comida en la mesa. Cuidate.

Le despedí con la mano y me senté en la banqueta del piano. Nada iba mejor en momentos de tension que tocar un poco. Tension? Si, tension. Aunque no se lo habia dicho a las chicas, me sentía vigilada, espidada, como si alguien me estuviera fijando en cada uno de mis movimientos.

Giré rapidamente la vista hacia el ventanal y una rama se movió. No habia sido el viento, las demas ramas seguian quietas. Me quedé estatica del miedo para rapidamente recuperar el contron con mas claridad y moverme sin duda alguna. Corrí por las escaleras tropezandome con mis propios pies y entré en la habitacion de Edward. Me quedé alli, quieta, sin pensar en nada, durante unas horas hasta que ya fue denoche.

Algo en la lejanía hizo levantarme de la cama y ver una figura negra reflejada a contra luz de la luna.

Derrepente un agudisimo dolor, como un pitido, me penetró la mente haciendome perder el control.

- Aaaaaah!! - gritaba de dolor sujetandome la cabeza.- Aaaaaah!!!

Hize el tipico gritito de niña asustada cuando lo comprendí todo. Me agarré a una de las barras de la cama y apretando la mandibula conseguí ignorar un poco el dolor. Voulturi. Jane Voulturi. Quien sino podria causarme esto?

Con toda la fuerza de mi cuerpo fui cerrando poco a poco el escudo hasta llegar a solo sentir una minima parte del dolor, totalmente aguantable. Derrepente el dolor desapareció, como si nunca hubiera estado ahí. Con los oidos totalmente taponados conseguí escucharlo, pero mi cuerpo no reaccionaba, estaba paralizada, mis piernas iban a fallar.

- Bella!! - gritó alguien mi nombre.

La puerta se abrió y un chico de expresión extrangulada se hizo paso hasta sujetarme de la cintura antes de que cayera al suelo. Rios de lagrimas incontrolables fluian por mis ojos. De un momento a otro me tumbaron en la blandita cama y un angel de pelo cobrizo y ojos dorados colocaba su oido contra mi pecho antes de que mi vista se fuera oscureciendo. Solo una imagen se guardó en mi mente.

Unas finas manos blanquisimas bordaban con elegante letra de hilo dorado un nombre en una capa de terciopelo negro.

Voulturi.

Isabella Voulturi.

Eres extraña (Edward y Bella)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ