49. La carta de Cayo

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CAPÍTULO 49

''A menudo, la tumba contiene, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd.''

- ¿No vas a abrirla? -preguntó Alice sentada a mi lado con un tono más bajo de lo normal.

Le había pedido, por favor, que gritara un poco menos. Era imposible vivir con una voz clavándose en tus pensamientos. Como si ya no tuviera suficiente.

- Que más te da, seguramente ya sepas lo que ocurre -me encogí de hombros.

- Pero me hace ilusión -dijo como si fuera obvio.

Y su forma de llevar la situación me tranquilizó, asegurándome de que no era -demasiado- malo sea lo fuere que contuviera la carta. No sabe fingir, y menos cuándo se trata de... Este tipo de cosas. Me gustaría verla una semanita con los Vulturi...

- ¿Podrías dejar que la lea sola, por favor? -le miro a los ojos, demasiado hermosos.- Jasper te lo va a acabar contando todo...

Asintió sonriente y se esfumó de la habitación en menos de un segundo. Entonces solo estabamos la carta y yo, sin saber cuál podía llegar a ser más destructiva. Pero después del incidente en el hotel con el perfume de la rosa, no me atreví a hacerlo sola.

- ¡Friedrich! -grité, pero se coló un poco de tos.

Con la misma velocidad con la que desapareció Alice, él entró con un poco de nieve en el pelo. El espacio estaba teñido por la mortecina luz gris que entraba por el balcón de la habitación de invitados. Todo era un asco. Friedrich vió la carta entre mis manos y no hizo falta que dijera nada más, se sentó a mi lado y espero. Ya eramos Friedrich, la carta, Edward y yo. Fuera de mi mente, le escupí.

Di una última mirada a mi compañero sin estar segura, y pasé los dedos por debajo del sello Vulturi.

- Querida Bella -carraspeé y fruncí el ceño.
       >> De sesenta vampiros con los que escapaste, cuarenta y ocho han sobrevivido. Lo que es todo un logro. Pero tampoco cantemos Aleluya, ahora toca partida de recolección. Todo se ha quedado muy vacío y los ancianos temen que los clanes del norte aprovechen para atacar. En cambio, por tu parte, ya puedes respirar tranquila, los Vulturi han decidido jubilarte de una vez por rodas. Ya has servido suficientes años. Siempre que no incumplas las normas básicas estarás tranquila, claro. Aunque si alguna vez quieres regresar las puertas siempre estarán abiertas.
       >> Lined te agradece de corazón todo lo que has hecho por ella y te pide disculpas por las confusiones que te haya podido causar...

- Lined está viva? -dije con una sonrisa en la cara.

- Eso parece -contestó él sorprendido.

        >> En resumen, ha sido un placer haber compartido toda una historia durante tantos años. Un caluroso abrazo a Carlisle de mi parte.

Seguros de que nuestros
caminos se encontrarán,
Lined y Cayo.

Lined y Cayo, vaya. Nunca lo habría pensado. Era extraño. Los dos lo eran.

La carta, en cierto modo, acabó siendo tranquilizadora para mi y para todos los Cullen, significando que ya podíamos rehacer nuestras vidas. O por lo menos intentarlo. Edward estaba sumido en el más profundo remordimiento y castigo posible  torturandose día y noche, según me había confesado Jasper. No había nada que -quisiera- hacer. El resto de la familia estaba medianamente alegres y un poco confundidos respecto al tema Tanya, aunque no era un tema en el que quisieran meterse. Todos parecían avanzar, pero yo seguía paralizada.

Literalmente.

- Carlisle ¿Cuándo podré volver a correr como antes? -pregunté una de las últimas veces que me cambió las vendas.

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⏰ Last updated: Jan 05, 2017 ⏰

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Eres extraña (Edward y Bella)Where stories live. Discover now