Kuma 47

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—Gracias por cuidar al pequeño monstruo, Jimin —el menor sonrió y negó con su cabeza.

—No fue nada Hani noona, me encantó jugar con esta princesa —respondió tomando la pequeña mano de la bebé.

—¿Estás bien para ir a casa tú solo? —preguntó preocupada.

Jimin dejó de hacerle muecas a la bebé y observó a su alrededor, solo tenía que seguir calle abajo y luego doblar izquierda y luego a la derecha y estaría en su casita. Vivían relativamente cerca.

Metió sus pequeñas manos en el bolsillo de su sudadera y asintió con su cabeza.

—Sí noona, no es mucho lo que hay que caminar —aseguró retrocediendo un paso.

—Okey, pero me llamas o por último me envías un mensaje cuando estés en casa y así no estoy tan preocupada.

Asintiendo con la cabeza, Jimin se despidió por última vez de la bebé y luego de su tía. El camino hacia su casa se dedicó a mover nerviosamente sus manos en su bolsillo y alternar su mirada del suelo hacia el frente, evitando hacer contacto visual con las personas que aparecían ocasionalmente en su camino.

Sus pensamientos trataba de mantenerlos positivos ya que realmente nada malo le podía pasar, por lo que los mantenía enfocado mayormente en Min Yoongi, esforzándose más solo para después ver esa hermosa gummy smile cuando le viera.

—Já, si pude —musito orgulloso de sí mismo al estar ya frente a la puerta de su casa.

Tal vez lo que acababa de hacer para otras personas no era nada, pero para él era mucho.

Con una sonrisa de oreja a oreja, entró a su casa, encontrándose con tres personas que caminaban de lado a lado por toda la sala, algo le decía que ya habían recorrido toda la casa.

—Eh... Hoola~... —saludo sacándose sus zapatillas.

Al enderezarse, fue atrapado por unos brazos que por el dulce perfume, sabía que era su madre.

—Mi pequeño está creciendo —susurro besando su frente—. Ahora sí puedo volver al trabajo en paz.

Cuando lo soltaron, enseguida otros brazos lo rodearon hasta quitarle el oxígeno de sus pulmones, sabía que era su hermano mayor por su efusivo abrazo.

—Encontraste tu camino a casa Chim —exclama restregando su mejilla en el cabello del menor—. Dejaré más conchas en el camino para que no te pierdas.

—¿Estuviste viendo buscando a Doris mientras no estaba? —preguntó entre risas, por fin escapando del abrazo.

—Tal vez —se encoge de hombros.

Y otra vez, se vio atrapado por unos brazos desde su espalda. Sonriente, se dio vuelta sin romper el abrazo y rodeó la cintura de su pareja, escondiendo su cabeza en el pecho ajeno.

—Ya volví Hyung, salí solo y no me pasó nada —Yoongi sonrió suave, recargando su mejilla en la cabeza del menor.

—Lo sé Mochi, estoy muy orgulloso de ti.

Los tres adultos, respiraron más calmados ahora que Jimin estaba de nuevo en la seguridad de su casa, en su nido.

—Mi pollito está dejando el nido —exclamó desolada la mujer, dramatizando.

—Ya mamá, solo me fui por tres o cuatro horas —se quejó inflando sus mofletes, sin querer salir de su agradable escondite.

Pero todos sabían que este había sido un gran paso para Jimin, por lo que no podían evitar estar felices y bromear al respecto.

KumamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora