Capítulo 14 { Parte II }

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Una parte de mí me decía que iba en la dirección contraria, que yo debía quedarme con Alex, con mis labios sobre los suyos, así como muchas veces fantaseé. Pero mi parte racional, mi parte pensante, me decía que apartarme había sido lo mejor.

Me había sorprendido tanto que sentí la necesidad de escapar para así pensar con claridad, porque claramente estar tan cerca de Alex me confundía. Empujé la puerta mientras escuchaba sus pasos detrás de mí, salí al pasillo, necesitaba aire.

—Amy —me llamó, pero seguí caminando—, ¿en serio me vas a dejar aquí con todos los muertos?

Escuchar eso hizo que me detuviera, una forzada sonrisa se me dibujó en el rostro y negué con la cabeza.

—Necesito tomar aire —susurré sin volverme. Escuché sus pasos que poco a poco se acercaban a mí y entonces él me tomó del brazo.

—¿Por qué escapas? —preguntó, pude sentir su aliento chocando contra mi cuello—. Tan solo hace unos momentos te dije todo lo que sentía, todo lo que significas para mí e hice lo que me moría por hacer desde ya un tiempo.

Me volví hacia él lentamente y descubrí que su expresión era de confusión y también había un poco de preocupación y frustración.

—¿No sientes lo mismo que yo? —preguntó mirándome fijamente.

—No es eso —murmuré. Se acercó más a mí.

—¿Entonces? —susurró muy cerca de mi rostro y sin dejar de clavarme la mirada.

—Estuvo mal. —Me crucé de brazos sin dejar de mirarlo—. No es que no sienta lo mismo porque... —Me llevé una mano a la cabeza y suspiré frustrada—. Sí me siento igual que tú...

Como si mis palabras hubieran servido de impulso él volvió a acortar la poca distancia entre nosotros y sus labios se posaron de nuevo en los míos. Mi cabeza dio vueltas y mi corazón brincó de emoción. Sentir sus labios sobre los míos era una sensación tan buena, se sentía tan bien, tan correcto, tan diferente. Mi espalda sintió el duro concreto que me hacía darme cuenta que estaba siendo atrapada entre el cuerpo de Alex y la pared, estuve tentada de llevar mis brazos alrededor de su cuello, para así poder profundizar el beso, pero de nuevo tuve que detenerme y apartarme.

De nuevo él pareció sorprendido por mi repentino rechazo, pero no se apartó, me tenía acorralada con sus brazos apoyados en la pared.

—No sabes cómo moría por callarte con un beso cada vez que me explicabas algo —dijo con una sonrisa juguetona.

—Alex, en serio esto está mal —balbuceé y agaché la mirada—. Tú y yo no podemos estar juntos, no es lo correcto.

Una de sus manos fue hasta mi barbilla y me obligó a levantar la mirada para así poder mirarlo. Tenerlo cerca no era una buena idea, no podía pensar bien y moría por volver a besarlo, pero tuve que controlarme.

—Necesito aire. —Aparté su mano de mi rostro. Entonces caminé en dirección a la salida del estacionamiento, que se encontraba en el pasillo que quedaba justo en frente del elevador.

—No puedes dejarme aquí —dijo a mis espaldas. Fue imposible no sonreír.

Abrí la puerta, consciente de que si salía ya no podía volver por ahí, tenía que rodear el edificio y entrar por la puerta principal o por las puertas laterales. Bajé las escaleras, que hacían mucho ruido al pisarlas, me restregaba la cara con una mano y no podía dejar de pensar en los besos de Alex, su sabor aún estaba en mi boca y mi labio aún temblaba al recordar la sensación.

Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora