Capítulo 43

11.1K 645 38
                                    

La Doctora Mcguennisse pidió verme a primera hora del día siguiente, así que en cuanto estuve lista fui con ella. Ya no tenía que estarme preocupando por el caso de Audrey Blair, aun no sabía si eso era bueno o malo.

—¿Pidió verme doctora? — dije al entrar a su consultorio.

—Sí, buenos días Doctora Miller — dijo con una sonrisa al verme — Pasa y toma asiento.

—Buenos días — respondí y me moví con vacilación hasta la silla. No sabía porque estaba ahí, ¿era alguna clase de examen sorpresa? Me tensé y comencé a repasar todos mis conocimientos de ginecología en mi mente, a una rápida velocidad.

—No se ponga tensa, Miller. Solo voy a darte una buena noticia y una gran oportunidad — dijo con gracia y me miró  —¿Recuerdas que le dije que iba a hablarle al genetista de usted?

Abrí los ojos con sorpresa y asentí.

—Bueno, está esperándola en su consultorio para que lo acompañe este día. Quiere conocerla, platicarle de la especialidad y ver sus aptitudes y actitudes — sonreí al instante — Le conté que siempre usted ha sido de gran ayuda cuando se necesita, que es usted inteligente y astuta. Al igual que entregada a lo que gusta. Yo creo que no me equivoco, por lo menos eso han visto mis ojos.

Abrí la boca pero no sabía que decir.

—Yo… gracias, esto sí que es una gran oportunidad —dije sonriente — De verdad que se lo agradezco, como podría…

—Ya ha hecho mucho por mí, me hubiera gustado que alguien me hubiera ayudado cuando estaba empezando. Así que, adelante — me guiñó un ojo.

—Gracias  — repetí, no podía quitar mi sonrisa.

La Doctora me explicó cómo llegar al consultorio del Doctor.

—Hablé con el Doctor Sean para que no tuviera ningún problema. Así que no se preocupe, disfruta el día, aprende mucho y te deseo mucha suerte — finalizó.

Tenía muchas ganas de pararme y abrazar a la Doctora Mcguennisse, pero me pareció inapropiado. Salí de ahí diciendo “gracias” unas cuantas veces más y me dirigí al consultorio del Doctor Winsdor, el genetista.

Al pararme frente a su puerta y leer la placa con su nombre me puse nerviosa, esperaba que fuera un buen doctor, amable sobre todo. Me quedé unos segundos más mirando su placa y fantasee con la idea de que algún día tendría una así en la puerta de mi consultorio. Sacudí las manos y luego pegué mis nudillos contra la puerta solo dos veces. Una voz desde adentro me invitó a entrar, tomé aire y entré en el consultorio.

Asomé a cabeza y vi al doctor detrás de su escritorio, le hacía falta pelo y el poco que quedaba era de color gris. Estaba al teléfono pero al verme pidió un momento.

—Soy la Doctora Amy Miller… — dije tímidamente.

—Oh sí, adelante. Tome asiento. Permítame terminar esta llamada.

—Claro— asentí y avance hasta llegar a la silla delante del escritorio.

Por unos momentos lo único que podía hacer era verme los dedos, estaba nerviosa, no sabía cómo sería el doctor o las cosas que preguntaría. Definitivamente esto era peor que un examen, puesto que ni si quiera sabía que esperar.

Levanté la cabeza, ya no quería verme nerviosa ni tampoco sentirme así, entonces comencé a observar a mí alrededor.

El consultorio del Doctor Winsdor era bonito, muy rústico y había algo en el ambiente que te hacía sentir cómodo. Como cualquier otro consultorio este también contaba con los instrumentos de un doctor, pero pegados hacia una pared adyacente a la pared detrás del escritorio. Había libros, fotografías de quien pensaba eran sus familiares, cuadros con pinturas bonitas e incluso una pequeña salita con dos sillones. Me gustaba.

Little bit of medicine, little bit of love. [Disponible en Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora