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The Lover (1/2)

El día anterior, a media tarde.

Kyungsoo camina sin rumbo fijo, con las piernas cansadas, la espalda dolorida y la piel sudada sin mencionar los líquidos corporales que no alcanzó a limpiar. Se siente pegajoso, asqueroso, tenso, herido, enojado y malditamente patético.

Aún le costaba creer lo que había descubierto hace apenas minutos: Su puto novio le fue infiel.

"Se te salen las groserías cuando te sientes acorralado"  le recuerda una voz en su cabeza. 

ㅡ ¡Me siento acorralado! ㅡ grita en voz alta, llamando la atención de un par de transeúntes que voltean a verlo con curiosidad ㅡ Necesito desahogarme, pero no puedo hablarte, hoy no ㅡ continua hablando en susurros con sigo mismo. Aquellos a su alrededor deciden ignorar al loco que anda hablando solo y siguen su camino.

ㅡ Te pedí tiempo, pero ahora te necesito más que nunca, Chan ㅡ continúa, inmerso en su conversación con el viento, con la voz de su amigo que guarda silencio en su cabeza.

"Cuando no pueda a estar ahí para ti, solo finge que lo estoy, y háblame. Me conoces tan bien, que ya sabes lo que voy a responderte" le había dicho el alto una vez luego de que su contestadora se llenara de mensajes de voz que no logró ver a tiempo por haber estado en una clase de 3 horas. No era un truco que necesitara seguido, porque el de grandes orejas siempre sacaba tiempo para él. 

ㅡ Yo lo quería. Él me ayudó a superarte, no tienes idea de todo lo que hizo, yo... de verdad lo quería ㅡ se lamenta mientras sus pies lo llevan en automático a ningún sitio en particular hasta que por fin alza su cabeza y lo que se encuentra es el llamativo letrero de una heladería. Le hace gracia darse cuenta que es la misma heladería donde ambos tuvieron su última cita, hace al rededor de dos semanas, pues queda cerca de la casa del alto. Fue una salida rápida, sin mucha planeación que se vio abruptamente cortada por una llamada donde le ofrecían a su pareja reemplazar a otro modelo en una photoshoot. Ahora que sabe de la infidelidad, se pregunta si realmente era Sehun.

El helado de chocolate siempre ha sido el mejor amigo de los corazones rotos, así que no duda en entrar a pesar de los recuerdos que le azotan al cruzar la puerta.

Se sienta en una de las mesas altas para dos personas que está junto de la pared y toma el menú que ya estaba en la mesa. Ojea con desinterés las opciones hasta decidirse por una copa que nunca ha probado a pesar de las muchas veces que ha visitado el lugar.

Le hace el pedido a la sonriente mesera y vuelve a sumirse en sus pensamientos mientras espera.

ㅡ ¿Por qué hoy? ¿Por qué? ㅡ se repite dejando caer la cabeza contra la fría  mesa de metal. No era justo que pasara aquello el mismo día que Chanyeol se le confesaba. Es como si el universo lo estuviera probando, pero no podía hacerle esos su amigo, no podía saltar a sus brazos por despecho, él se merecía más que ser un simple clavo para sacar a otro. Pero entre más basura se sentía por la traición de su novio, más le urgía correr en busca de esa calidez incondicional que el alto siempre ofrecía.

ㅡ ¿Mal día? ㅡ escucha una voz preguntar. Levanta la cabeza para encontrar con que efectivamente le hablaba a él. Era un chico alto y delgado, de rostro indudablemente apuesto y cabello castaño.

ㅡ El peor ㅡ contesta sin pensar demasiado.

ㅡ ¿Quieres hablarlo? Se que no es mi asunto, pero desahogarte quizá te ayude ㅡ le ofrece con amabilidad, provocando una pequeña sonrisa en el deprimido estudiante quien termina por hacerle una señal para que se pase a su mesa.

ㅡ No es una historia larga. Mi novio me engañó ㅡ resume con el rostro tan neutro como puede.

ㅡ Oh vaya, lamento oír eso ㅡ responde con simpleza, no sabiendo más que decir. Traga saliva con nerviosismo y se le notan las ganas de hablar pero se detiene en cada intento, manteniendo el silencio hasta que llegan los pedidos de ambos.