Capítulo 38

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Julian aparcó fuera del edificio.

―Tomate tu tiempo, aquí estaré esperándote ―Dijo abriendo mi puerta y ayudándome a bajar.

―¿Qué? ―Pregunte confundida.

―Como comprenderás no puedo estar en el mismo espacio que tu hermano.

―¡Oh no señor, nada de eso! ―Dije con una nota de histeria en la voz ―Tu vendrás conmigo, prometiste cuidarme.

―¡No te pasará nada de aquí al apartamento de Noah! ―Manoteo.

―¿Cómo lo sabes? ¿Qué tal si resbalo en las escaleras o el ascensor queda atascado?

―Amor, en estos momentos solo estas exagerando ―Julián sonrió ―Por favor, sabes que Noah es capaz de sacarme a patadas de su apartamento.

―¡Yo no voy a permitírselo! ―Entrelace mi mano con la de Julián ―Si yo le pido que te respete lo hará, él no puede resistirse a complacer mis caprichos ―Sonreí.

― Lo sé. No en vano una vez lo acompañe a buscar una mochila que tanto querías... niña caprichosa.

―Eso fue en el pasado, ahora soy una mujer madura que solo quiere que su hermano y esposo se lleven bien, como solían hacerlo ―Me acerque a sus labios ―¿Lo harías por mí?

―¡Maldición! No solo Noah no te puede negar nada, yo tampoco puedo ―Suspiro ―Vamos Oriana.

―Gracias ―Lo bese ―Muchas gracias cariño ―Volví a besarlo.

―De nada ―Apretó mi mano y puso alarma al coche ―Andando.

Caminamos juntos y yo trataba de estar calmada, de que Julian no se diera cuenta de lo nerviosa que estaba al imaginar la reacción de mi hermano.

Cuando estuvimos frente a la puerta aclare mi garganta y con mi mano libre di tres golpecitos. Cinco segundos después Noah abrió la puerta. Me miro con una sonrisa pero al ver a Julian sus facciones se endurecieron y bajo la vista, enfocándola en nuestras manos entrelazadas. Murmuró algo que no logre comprender y de nuevo alzó la cabeza.

―Oriana... ―Dijo serio, con voz fuerte ―¿Qué hace el mentecato de tu marido aquí?

Julian dio un respingo y lo mire. Su cuerpo estaba tenso.

―Noah, nuestros padres nos educaron bien, así que muestra tus buenos modales y al menos saluda

―Hola hermanita... Serrano ―Dijo de mala gana.

―Noah ―Julian asintió.

―¿Feliz? ―Se dirigió a mí ―Ya lo he saludo sin embargo no es bienvenido en mi apartamento.

―Te espero en el coche, Oriana ―Julian soltó mi mano pero yo lo detuve.

―No ―Dije firme ―Mi hermano no habla en serio, Julian...

―¡Pero claro que hablo en serio Oriana! ―Me interrumpió con irritación.

―Noah, Julian es mi marido y por tanto tú debes dejar tu tonto resentimiento a un lado y dejarlo pasar. Se lo que hizo la tonta de Amelia, Julian me ha contado todo. Y perdóname pero has sido un verdadero... tarado

Noah se tensó y se apartó de la puerta dejándonos pasar. Yo sonreí con satisfacción.

―Tomen asiento ―Noah miro a Julian con recelo ―¿Les ofrezco algo?

―¿Tienes jugo? ―Pregunte sonriendo

―Me gustaría un vaso de agua, por favor ―Dijo Julian.

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